Dra. Estrella Flores-Carretero.

¿Alguna vez te has imaginado cómo sería poder ser tu propio jefe? Cada vez más personas se lanzan al mundo del emprendimiento para llevar a cabo aquello en lo que realmente creen y poder cumplir sus sueños.

De esta manera cuentas con la libertad creativa que proporciona tener la autoridad para establecer tus propias normas, y puedes satisfacer tu curiosidad profesional tanto como prefieras.

Aunque no existe ninguna fórmula infalible para el éxito empresarial, este modelo profesional te ofrece bastantes ventajas que es necesario conocer antes de lanzarte a ser tu propia jefa.

Así que, si estás dudando, pero tienes una idea en la que crees firmemente en el siguiente artículo, te informamos sobre el mundo del emprendimiento y las mejores claves para ser tu propio jefe.

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Las 7 habilidades que debes desarrollar para ser tu propio jefe

Las 5 razones por las que deberías ser tu propio jefe

Existen ciertas señales que indican que es el momento de comenzar una nueva etapa profesional. Por ejemplo, si la desmotivación con tu trabajo actual está afectando a tu vida personal.

Además, es una certeza que cuando es muy complicado ascender y te sientes estancado, la mejor manera para satisfacer tus inquietudes profesionales es empezar a ser tu propio jefe. Pero también hay otras razones por las que deberías considerar seriamente esta alternativa.

Adquirir experiencia y aprendizaje

El emprendimiento supone sin duda la mejor escuela de negocios en la que jamás te podrías matricular. Los conocimientos necesarios para poner en marcha una empresa, y que esta sea exitosa, solo se pueden adquirir mediante la experiencia que supone lanzarse a ser tu propio jefe.

Más tarde podrás incluso rentabilizar esos conocimientos. Además de llevar un negocio exitoso, también escribiendo blogs o libros que sean didácticos para las próximas generaciones de emprendedores que necesiten orientación.

Además, capacidades como la determinación o la resiliencia se verán enormemente reforzadas, ya que estas son imprescindibles si quieres emprender. Sin embargo, los pequeños obstáculos solo te fortalecen más para afrontar mejor los siguientes.

Tú pones las normas

Esta supone la mayor ventaja en todos los sentidos. En términos de flexibilidad y conciliación familiar con la vida laboral, por ejemplo. Tú estableces el lugar de trabajo y los horarios, ya que no respondes ante nadie. Esto te permite a su vez reducir significativamente el estrés.

Sin embargo, ahora eres tú el único que responde por el proyecto, y por eso ser tu propio jefe también te conduce a desarrollar enormemente la autodisciplina. Pero la motivación surge de forma sencilla y tienes mayor libertad creativa.

Además, ahora cuentas con la oportunidad de crear tu propio equipo de empleados. Puedes contar con personas de confianza que ante todo están suficientemente preparadas, y así expandir tu negocio a la vez que ayudas a los demás.

Mayor satisfacción vital

A consecuencia de la anterior ventaja, tú decides plasmar tus pasiones en el emprendimiento a modo de proyecto de vida. Trabajar en lo que amas supone una fuente de felicidad y motivación muy importante. Supone dedicarte a tu verdadera vocación.

Pero a su vez, el propio emprendimiento supone una manera de descubrir aquello que te inspira y así ponerlo al servicio de los demás. Lo ideal es que seas capaz de encontrar una razón sólida y significativa para ser tu propio jefe.

A su vez, esto aporta mayor sentido a tu vida, ya que eres capaz de reflejar tus valores y creencias en cada decisión empresarial. Trabajar en una causa digna es una manera de marcar la diferencia socialmente y crear un legado valioso.

Algunas de las empresas más relevantes actualmente nacieron del emprendimiento. El hecho es que hay ideas que comienzan siendo pequeñas y acaban por cambiar el mundo.

Estabilidad financiera

Al contrario de lo que puedas pensar, ser tu propio jefe puede favorecer enormemente a tu cuenta bancaria. Para empezar tú decides cuánto invertir en cada momento y por supuesto también tu salario.

Pero para ello, es imprescindible que tengas cierta formación en contabilidad y gestión financiera. Afortunadamente, existen numerosas opciones a tu alcance para formarte o bien puedes optar por contratar a asesores especializados.

Obviamente, existe un factor de riesgo económico, pero por eso, antes de emprender, asegúrate de contar con un fondo de ahorros seguro. Sin embargo, este riesgo a su vez conlleva una gran ventaja que es la libertad financiera.

Dentro de la jerarquía de cualquier organización estás inevitablemente condicionado a limitar tu desarrollo profesional, así como tus ganancias potenciales, debido a que tus ingresos dependerán de un salario y las bonificaciones que te den.

Sin embargo, para que tu emprendimiento tenga éxito es necesario que busques un objetivo que te motive más allá del dinero, para que cuando exista poco flujo de caja no quieras desistir.

Seguridad laboral

Al ser parte de una organización tú futuro está íntimamente ligado a los aciertos y desaciertos que en ella ocurra, lo que significa que tu estabilidad laboral siempre estará en manos de un tercero.

En cambio tener un plan de negocio bien estructurado es garantía de estabilidad laboral, la cual hoy en día es difícil de encontrar, debido a la velocidad con que ocurren los cambios.

De esta manera, gracias a ser tu propio jefe obtendrás el control de tu propio destino y podrás diseñar un plan de carrera que se ajuste a tu realidad, sin la necesidad de depender de otra persona.

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Las cualidades para ser un buen jefe

Las 7 habilidades que debes desarrollar para ser tu propio jefe

Sé entusiasta y proactivo

Si quieres tener éxito emprendiendo, es un requisito indispensable que te mantengas investigando y estudiando. Nunca se adquieren suficientes conocimientos sobre un sector profesional, sobre gestión empresarial, marketing o finanzas.

La toma de decisiones es efectiva si se lleva a cabo bajo el mejor criterio posible. Esta será igualmente esencial para convertirte en un buen líder, si cuentas con la posibilidad de guiar a tu propio equipo de trabajo.

La mentalidad de un jefe implica estar constantemente atento al entorno de tu negocio para desarrollar innovaciones y detectar riesgos. Esta decisión profesional conlleva la necesidad de saber manejar tus emociones, y así evitar que el miedo o la inseguridad te impidan pasar a la acción.

Una persona exitosa es capaz de ver una situación desde varias perspectivas distintas y encontrar métodos creativos que escapen de lo convencional. Por ello, entre otras razones, es necesario que no limites tu tiempo a desarrollarte profesionalmente.

Tampoco puedes esperar que nadie resuelva los problemas cuando decides ser tu propio jefe, ya que eres el primer responsable. Desarrollar la habilidad de resolución de conflictos supone reforzar tu confianza y autoridad.

Organización del tiempo y las finanzas

Ser tu propio jefe es sinónimo de grandes cargas de trabajo, y en consecuencia de tener que optimizar el tiempo al máximo. El primer paso es definir unos objetivos claros y realistas.

Debes concretar en cuanto tiempo vas a lograr verdaderamente cada uno de ellos, así como los recursos que necesitas. También hay que establecer un conjunto de metas a corto, medio y largo plazo que pueden ser más ambiciosas.

Si quieres ser tu propio jefe, la desorganización puede llegar a convertirse en tu peor enemiga. Lo ideal es que todo tu entorno de trabajo esté perfectamente dispuesto y ordenado basándose en lo que debes realizar cada día.

Aunque trabajes desde casa, el lugar desde el que lo hagas debe ser fijo. Rodéate de herramientas útiles como las agendas y calendarios, las pizarras para las lluvias de ideas o las aplicaciones online que crean cronogramas personalizados.

Haz una lista de prioridades para asegurarte de completar aquello que es urgente y ser más eficaz. Cada tarde, al final de tu jornada, dedica unos minutos a planear provisionalmente las tareas del día siguiente según los objetivos y metas establecidas.

Generar un buen plan de negocios supone estar atento a aspectos como decidir cuál va a ser tu público objetivo, tu estrategia de marketing, investigar en el sector donde quieres emprender, el ámbito legal o hacer un plan de financiación.

Por eso es importante que te tomes un tiempo de investigación y asesoramiento antes de empezar, pero ante todo debes llevar a cabo esta planificación. Para realizarla correctamente es conveniente que te plantees todo tipo de cuestiones.

A pesar de la necesidad de establecer un plan, ten en cuenta que la vida del emprendedor no suele ser rutinaria, por lo que tendrás que enfrentarte a nuevos retos cada día.

Flexibilidad

A pesar de la planificación, es inevitable enfrentarse a un contexto en constante cambio. Si quieres ser tu propio jefe de manera exitosa, debes prepararte para adaptarte fácilmente.

Para ello hay que salir de la zona de confort constantemente como única opción de que tu proyecto prospere. Sin embargo, evita desanimarte si al principio no puedes desarrollar esta actitud camaleónica, ya que adoptar esta perspectiva requiere cierta experiencia.

Ser tu propio jefe implica darse cuenta de que incluso el fracaso forma parte del camino. Pero si eres analítico y observador, podrás obtener el aprendizaje necesario para salir reforzado de cualquier situación.

Por eso es necesario que aprendas a gestionar las emociones, por medio del desarrollo de la Inteligencia Emocional, así podrás afrontar cualquier situación de cambio o frustración de una la forma adecuada, con la finalidad de que conviertas cada obstáculo en una oportunidad de aprendizaje.

Analiza tus fortalezas y debilidades

Conocerse a uno mismo adquiere un valor primordial si quieres ser tu propio jefe. De esta forma, siempre sabes claramente las estrategias que están a tu disposición a la hora de resolver un problema o comenzar un nuevo proyecto.

Se trata de que aproveches tus fortalezas y tengas en cuenta tus debilidades para alcanzar el éxito empresarial. Para ello, lo mejor antes de empezar es formularse preguntas clave, cuyas respuestas sirvan de guía para tomar decisiones inteligentes.

¿En qué momento del día trabajas mejor? ¿Cuáles son tus principales fuentes de energía y agotamiento? ¿Qué tareas disfrutas más realizar? Estas son solo algunas cuestiones que deberías responder como parte de tu plan empresarial, cuantas más formules mejor será tu autoconocimiento.

Trabaja tus habilidades sociales

Si deseas que un proyecto prospere, es evidente que tiene que darse a conocer. Las habilidades sociales son básicas, dado que al ser tu propio jefe te conviertes también en el vínculo de la empresa con multitud de intermediarios y clientes.

Por eso, hay disciplinas como la redacción digital o la oratoria en las que es muy conveniente que adquieras cierta formación. La idea es que sepas transmitir tus pensamientos claramente, a la vez que ofreces un excelente servicio al cliente.

De esta forma, trata de enfocar una parte de tu tiempo de trabajo a construir relaciones sólidas con compañeros del sector, posibles socios o clientes. Lograr este objetivo conlleva tiempo, pero hacer contactos útiles es un garante de éxito.

Para hacerlo es recomendable que participes en eventos de networking, donde puedas hacer nuevas alianzas con personas que tengan el interés de convertirse en tus clientes o con otros emprendedores y empresas que complementen lo que tu ofreces, con la finalidad de poder aportar soluciones integrales a todos los interesados.

Una buena opción es participar en el Mastermind Latino un evento diseñado por el Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes IEIE, en el cual se reúnen empresarios y emprendedores de distintos países con la finalidad de poder intercambiar estrategias, conocer de su trayectoria, descubrir nuevas tendencias en los negocios y generar alianzas entre los participantes.

Estar dispuesto a asumir riesgos

Nadie dijo que emprender fuera fácil. Aunque como se menciona anteriormente, ser tu propio jefe implica numerosos beneficios a varios niveles, también debes estar dispuesto a arriesgarte, sobre todo a estar aprendiendo constantemente, desde el comienzo.

Ser tu propio jefe implica invertir grandes cantidades de tiempo y dinero antes de disfrutar de los resultados. Emprender significa ser inconformista y poner sobre la mesa tus prioridades, valores, ideas… para imponerlas en un mercado competitivo.

También implica luchar contra el miedo a la incertidumbre, y creer ante todo en aquello que defiendes, porque debes salir de tu zona de comodidad para conseguir la confianza de tu clientes y prospectos.

Esto implica que se te presentarán proyectos para los cuales no estes al 100% preparado, sin embargo tendrás que asumirlos y aprender sobre la marcha, para que así tanto tu como tu negocio, comiencen a evolucionar y seas más deseado en tu nicho de mercado.

La disciplina es esencial

Al igual que debes asumir el riesgo, si quieres ser tu propio jefe es conveniente que tengas expectativas de grandes cargas de trabajo. La motivación y la entrega, sin embargo, son factores primordiales en cualquier emprendedor para sacar su proyecto adelante.

Un beneficio de tu anterior jornada laboral es que se limitaba claramente, pero al ser tu propio jefe la disciplina es esencial, sobre todo al inicio, porque ahora tú mismo marcas los horarios. Sin olvidar, por supuesto, que siempre hay que destinar un tiempo para escapar de la rutina laboral.

Pero ser tu propio jefe por lo general conlleva un volumen de trabajo superior al de una jornada habitual. Sin embargo, como ya se ha tratado antes, la recompensa de ver crecer tus pasiones supone una gran recompensa.

La disciplina conlleva ser capaz de llevar a cabo el plan que te has propuesto sin depender de otros. La fuerza de voluntad es la que se acciona durante un mal día para seguir trabajando pese a todo, como si estuvieras en una empresa convencional.

Además, esta disciplina se tiene que manifestar en el aspecto financiero. Debes lanzarte a ser tu propio jefe una vez cuentes con los ahorros suficientes para cubrir gastos y disponer de un seguro de imprevistos. El ahorro es la mejor forma de afrontar el riesgo inicial y esta tendencia debe permanecer en el tiempo.

Los conocimientos financieros son muy importantes para cualquier emprendedor.  Te ayudarán a saber dónde puedes reducir gastos o qué servicios debes dejar de producir debido a su baja rentabilidad.

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Infografía sobre las habilidades para ser tu propio jefe

Recomendaciones sobre las habilidades necesarias para ser tu propio jefe y emprender con éxito

En definitiva, las principales cualidades para ser un buen jefe son la gestión de proyectos, la organización del tiempo, las habilidades comunicativas o la gestión financiera. Aunque tampoco olvides la importancia de delegar en la medida de lo posible.

Ser tu propio jefe significa ver oportunidades en lugares insólitos, así como saber desarrollarlas originalmente hasta crear un proyecto rentable. Al mismo tiempo que te desarrollas personal y profesionalmente, asumiento retos continuamente.

Un buen jefe es aquel que es capaz de sacar el máximo rendimiento a sus capacidades mientras se adapta a su entorno. Por supuesto se trata de un proceso que implica paciencia, pero ten por seguro que gracias a tu esfuerzo y a estos consejos puedes lograrlo.

Te invitamos a que conocer más sobre el Mastermind Latino donde podrás interactuar con líderes empresariales de la región los cuales compartirán sus historias de éxito y de fracasos para convertirlo en aprendizaje.