A lo largo de su vida tu hijo va a experimentar situaciones de cambios o frustración las cuales disparan niveles de ansiedad, miedo y estrés que pueden llegar a convertirse en un problema de adaptación.

Muchos de los inconvenientes que presentan los niños en la actualidad como las rabietas, los miedos excesivos, la timidez, la impaciencia o el bajo rendimiento escolar, se originan en la mayoría de los casos por no saber gestionar sus emociones de una forma adecuada.

Los niños que abandonan frecuentemente las tareas que les cuesta o son impulsivos, tienen poco control de sus emociones.

Aprender inteligencia emocional desde muy temprana edad ayuda a mejorar la autoestima de tus hijos, además de la formación de su autoconcepto, que es importante para establecer buenas habilidades sociales.

Esto hace que sean más seguros de sí mismos y que puedan adaptarse a las situaciones que se les presente, con las herramientas necesarias para combatir la ansiedad ante la incertidumbre o la frustración.

Además los hace más independientes, calmados y receptivos al establecimiento de reglas, moderando su conducta y haciéndolos más responsables por sus acciones, lo que los ayuda a madurar.

Si quieres regalarle a tu hijo la oportunidad de aprender de una forma divertida las herramientas necesarias para que puedan actuar y expresar sus emociones adecuadamente, ante situaciones como:

• Eventos inesperados o cambios.
• Falta de control ante la frustración.
• Sentirse incomprendido por compañeros o por otros adultos.
• Los desafíos que le parezcan complejos de resolver.
• Interacciones negativas por otros niños o niñas.

Si es así, el Campamento de Emociones para niños es la solución ideal, porque con nuestro curso online ayudamos a tu hijo a descubrir el maravilloso mundo de las emociones y dar los primeros pasos en su propio autoconocimiento.

Mabel Code

Soy Psicóloga Educativa dedicada a la Inteligencia Emocional, con más de diez años de experiencia en Educación (Colegios, centros…) y mediación familiar. 

Mi pasión por el estudio de las conductas en la primera infancia y su posterior repercusión en la adolescencia me ha llevado a ser profesora de Psicología, Filosofía y Oratoria. 

Dentro del Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes en el que he trabajado varios años, comencé a interesarme por la Inteligencia Emocional. Aprendí que gestionar de forma saludable y temprana las emociones era una de las claves para obtener un mayor rendimiento en la formación académica y en el desarrollo personal y afectivo.

Más tarde, comprendí que la Inteligencia Emocional era una prioridad y que era necesario formar desde arriba, desde el profesorado, desde el núcleo familiar, desde todo lugar de cuidados para el menor. Y entendí que formar a los profesores, profesoras, padres y madres era la mejor idea para acompañar el crecimiento emocional y la gestión en los menores. Dotar de herramientas y claves a los mayores, para que pudieran transmitir y gestionar en los más pequeños.

En todo este camino no olvido mi otra vocación, la escritura, soy autora del libro- Todo lo que no dije-.

​Vocación y profesión pueden ir de la mano.