Dra. Estrella Flores-Carretero.
¿De qué va el concepto de empresa emocionalmente inteligente? Las organizaciones han cambiado su visión interna. Pasamos tanto tiempo en la oficina, que debemos hacer del trabajo una experiencia positiva, con un entorno laboral que dé orgullo de pertenencia.
Esto quiere decir que para entender cómo construir empresas emocionalmente, debe generarse una estrecha vinculación entre sus miembros, una interconexión entre cada equipo de trabajo, que les lleve a motivarse en lo que hacen y así obtener resultados positivos.
Lograr un ambiente de trabajo en el que cada persona se sienta valorada, que tenga la ilusión de participar, que exista una visión común, y el establecimiento de consensos entre personas con puntos de vista diferentes, es lo que habla de la existencia de la inteligencia emocional en la empresa.
Y esa no es una fantasía, sino cuestión de aprender a desarrollarlo como parte de la cultura organizativa. La empresa emocionalmente inteligente es posible cuando la gerencia se preocupa en brindarse a sí misma y a sus plantillas la formación necesaria en bienestar.
11 características de una empresa emocionalmente inteligente
¿Qué es una empresa emocionalmente inteligente?
Desde hace unos pocos años para acá, ha cambiado la visión de las organizaciones como lugares en los que solo importa el pensamiento lógico. En su lugar, ha nacido el concepto de la empresa emocionalmente inteligente, gracias al desarrollo de las teorías en inteligencia emocional.
Bajo esa noción, podemos decir que una empresa emocionalmente inteligente es aquella que posee las habilidades y la flexibilidad que se requieren para responder con asertividad a las necesidades internas de su capital humano, para poder insertarse en un contexto externo.
Aquellas gerencias que saben cómo construir empresas emocionalmente son capaces de desarrollar grandes ventajas frente a sus competidores, que van mucho más a fondo que solo tener mejores campañas de marketing, sino porque entienden cómo retener el talento y aumentar la productividad.
¿Para qué sirve la educación emocional en la empresa?
Una empresa emocionalmente inteligente se adapta mucho más fácilmente a los cambios. De hecho, las investigaciones hechas por Deloitte señalan que los modelos de negocio caducarán con cada vez más rapidez gracias a la tecnología. Tu activo más importante es tu gente, por tanto:
Identifica las emociones
Solía decir Van Gogh que «las emociones son los capitanes de nuestras vidas y las obedecemos sin siquiera darnos cuenta». En efecto, con regularidad no estamos alertas de lo que nos pasa, y como no podemos gestionar lo que desconocemos, lo importante es aprender a identificarlo.
Decir lo que sentimos por su nombre, hará que podamos manejar de mejor manera lo que causa malestar interno. Por esta razón, la inteligencia emocional en la empresa permite saber cuál es el origen de la desmotivación laboral o también cómo controlar la ira en el trabajo.
Gracias a ella también se puede identificar la poca valoración que reciben los empleados, la pobre identificación que pueden estar experimentando con los valores de la organización, la falta de ética empresarial o cualquier otra incomodidad que esté perturbando el clima de la empresa.
Reconoce las emociones propias y practica la empatía
La formación empresarial debe contemplar la práctica del autoconocimiento, porque cuando los empleados de una empresa emocionalmente inteligente pueden identificar lo que sienten, entonces también son capaces de entender cómo se sienten los demás.
Esta concepción debe ser aplicada en todos los niveles: desde la gerencia hasta los cargos más bajos, porque la organización debe contemplarse como un todo, y en ese sentido; el entendimiento mutuo será necesario para poder establecer acuerdos y encontrar la solución más adecuada.
Capacita a los empleados en inteligencia emocional
Una empresa emocionalmente inteligente entiende que la resolución de retos pasa por el filtro de lo humano. Esto es aplicable a cualquier organización: desde aquellas que trabajan con la salud de las personas, hasta aquellas que solo comercializan productos, y sin importar su punto geográfico.
Un empleado que ha desarrollado su inteligencia emocional sabrá gestionar lo que siente, pero también podrá relacionarse asertivamente con los demás, de tal forma que aprenderá a autocontrolarse, desarrollará su capacidad de escucha, empatía, comprensión y entiende la importancia de ser inclusivos.
Saca ventaja competitiva
Ser una empresa emocionalmente inteligente es por tanto, una gran ventaja competitiva en el mercado, puesto que sus trabajadores tendrán un mejor desempeño porque se sentirán felices en su lugar de trabajo. ¿Quién no desea estar en un lugar donde se sienta agusto de ir?
Las emociones nos mueven como humanos que somos, y por ende; también son el empuje de las compañías, porque estas están constituidas por personas que tienen una visión y misión en común, que confían en sus habilidades individuales, y en sus competencias personales, sociales y profesionales.
Además de ello, no se dejan caer de brazos ante los retos o errores, sino que son personas resilientes que desean tener otra oportunidad para afrontar nuevos retos, saben crear comunicación con cualquier persona y conectan con sus estados de ánimo, lo que les brinda una mayor comprensión social.
5 cualidades de una empresa emocionalmente inteligente
Entonces, ¿Qué es lo que define a una empresa emocionalmente inteligente? A mi parecer, existen cinco puntos importantes que permiten saber si estamos frente a una gerencia que vela por el bienestar de sus empleados en todos los sentidos, y que específicamente; actúan de la siguiente manera:
Motivan a sus empleados
La automotivación forma parte de los ejemplos de inteligencia emocional en la empresa, gracias a que es la consecuencia natural e inmediata de convivir en un ambiente emocional sano, en el que los retos son vistos como una oportunidad para crecer y dar lo mejor de sí.
Por otro lado, es importante señalar que las empresas con gran confianza en sí mismas tienen objetivos claros, saben lo que quieren, y por ende; no se dejan llevar por halagos ni por los premios que puedan recibir del mercado, aunque los agradezcan, pues entienden que su motivación está en sus RR. HH.
Saben gestionar las expectativas
La inteligencia emocional en la empresa permite que la paciencia sea una de sus virtudes principales. Esto quiere decir que su gerencia y sus equipos de trabajo entienden el valor de hacer las cosas bien, de posponer los logros para alcanzar las metas, por muy lejanas que estas se vean.
La gerencia no toma decisiones apresuradas
Una empresa emocionalmente inteligente cuenta con un músculo de ejecutivos que han desarrollado la toma de decisiones como una de sus principales habilidades gerenciales, saben analizar los mercados con cierta objetividad y practican la reflexión colectiva para mirar todas las alternativas.
Hay tolerancia a la frustración
De igual manera, toda empresa emocionalmente inteligente sabe aprender de sus errores, no condena el fracaso sino que al contrario, lo usa como abono para sus proyectos futuros, lo que quiere decir que no se rinde tan fácilmente porque sabe manejarse con asertividad para resolver sus problemas.
Practican la escucha empática
Y es que, en conclusión, podemos decir que estamos frente a una empresa emocionalmente inteligente cuando todos los que hacen vida en ella escuchan con empatía y se comunican desde la asertividad, ya que tienen desarrolladas sus habilidades sociales, y se involucran en su entorno social.
Las 11 características de una empresa emocionalmente inteligente
Toda empresa emocionalmente inteligente comprende que está atravesada por lo que experimentan sus trabajadores, y que por tanto; responde a una razonamiento que está sujeto a la interioridad de las personas, más que a la propia lógica y objetividad, lo que le brinda una infinidad de escenarios porque:
Tienen una misión y visión clara
Saben desde sus inicios cuál es su finalidad, el para qué fueron constituidas, lo cual les otorga un sentido o propósito que está mucho más allá de ser una compañía con fines de lucro, pues se interesan en servir a una comunidad y en crear estructuras sostenibles y responsables con el entorno.
Se comportan de acuerdo a sus valores
Cuando existe inteligencia emocional en la empresa se evidencia que los empleados mantienen un trato de respeto y empatía, no solamente entre ellos sino con los clientes externos, quienes con regularidad dan cuenta del mismo, los cuales son la puesta en práctica de sus valores.
Consolidan el crecimiento cuantitativo con el cualitativo
Porque entienden que los números verdes solo van a crecer en la medida en la que se añada valor y calidad en todo lo que se hace, y eso solo es posible en la medida en la que se genera un ambiente cordial. De nada vale tener la más avanzada tecnología, si el factor humano no está a favor de la empresa.
Promueven una visión de futuro
Porque sabe adónde quieren llegar, es que una empresa emocionalmente inteligente entiende cuál es el “precio” y el esfuerzo que debe invertir en cada uno de sus objetivos. Por lo tanto, trabajan en generar políticas que como negocio, le servirán de guía en su consolidación a mediano y largo plazo.
Animan a sus colaboradores a crecer
Saben que el germen de su crecimiento está en el desarrollo de sus empleados. Por eso no dudan en invertir parte de su dinero en la formación de los mismos. También buscan tener una diversidad de perspectivas y creen fielmente en la diversidad de pensamiento y culturas como su fuerte.
Confían en el autoliderazgo
Todas las empresas emocionalmente inteligentes aplauden a los empleados que toman la iniciativa. Creen en que los equipos de trabajo deben ser capaces de gerenciarse porque existe una visión empresarial clara, y entienden que el valor de lo que aporta la gente es su función y no el puesto que ocupan.
Cuidan a sus empleados
Cada una de sus políticas apuntan a buscar el bienestar de las plantillas. Una empresa que cuide de los suyos verá los resultados de ese mimo traducido en una mejora de la productividad laboral, en el cuidado del ambiente laboral y en el propio trato con los clientes y proveedores.
A diferencia de otras compañías, buscan que sus trabajadores no quieran cambiar de trabajo, a menos que estos sientan que han llegado a su techo o que quieren otro tipo de retos en sus vidas, pero no porque el ambiente laboral les es pesado, o no se sienten conectados con los valores institucionales.
Están orientadas al proceso
Porque se preocupa en cuidar de la calidad de sus productos o servicios, la empresa emocionalmente inteligente entiende que si se cumple el proceso debidamente, y existe un buen manejo de las comunicaciones internas, entonces los resultados se verán reflejados tarde o temprano.
Se mantienen en constante innovación
Están siempre buscando soluciones que les lleven a brindar una mejoría en todo lo que hacen, así que es común que tengan una alta capacidad de creación, de inventiva, que puede traducirse también en un cambio en la rutina diaria de la organización. Los errores son siempre vistos como aprendizajes.
Protegen el ambiente laboral
Todos los ejemplos de inteligencia emocional en la empresa dan muestra de que un empleado que se siente feliz y seguro en su ambiente de trabajo, es alguien que rendirá de manera más eficiente, que aquellos que son presionados a trabajar por horas y horas.
Así que para estas organizaciones es indispensable que cada trabajador viva una experiencia positiva en su trabajo, y que además de ello, mantenga un equilibrio entre su vida profesional y personal. El trabajo efectivo no es el que requiere más hora, sino el que se hace con calidad en menos tiempo.
Fijan objetivos alcanzables
Que sean coherentes y en los que converjan todas las áreas de la empresa, porque todas son importantes por igual. Cualquier meta que genere tensión en cualquiera de ellas, terminará convirtiéndose en un proceso conflictivo y altamente dañino para el bienestar y buen funcionamiento de la organización.
¿Puede ser una organización emocionalmente inteligente?
Por supuesto, la empresa emocionalmente inteligente es cada vez más la realidad de muchas organizaciones. El problema deviene cuando los individuos no solemos estar al tanto de cuál es nuestra propia cultura emocional, lo cual no suele ocurrir a menos que cambiemos nuestro contexto laboral.
Es decir, es común que muchos ambientes laborales sean oscuros porque las personas que hacen vida en ellos no son conscientes de sus actitudes esquivas y de desconfianza, y por tanto; consideran que es normal actuar de determinadas maneras, sin considerar el daño que ocasionan sus acciones.
Los líderes juegan un rol elemental, tanto para bien como para mal. Quienes le dan relevancia a la inteligencia emocional en la empresa entienden lo fundamental que es darle a los empleados la confianza para seguir formándose, y así puedan alcanzar la plenitud personal y profesionalmente.
¿Cómo lograr una empresa emocionalmente inteligente?
Lo cierto es que la empresa emocionalmente inteligente aprende a ser así. No hay otra manera. Empiezan a serlo desde el primer instante en que se hacen conscientes de que deben trabajar para hacer del conocimiento de cada empleado y de sus relaciones, el éxito de la organización.
Los líderes de las empresas emocionalmente inteligentes escuchan a sus trabajadores, pero también aprenden a explicarles cuáles son los objetivos a alcanzar, gracias a una comunicación clara, efectiva y asertiva; pero además de ello, les hacen sentirse partícipes de los logros de la institución.
Así que no hay excusas para decir que no es posible dar el salto hacia una empresa emocionalmente inteligente, pues son las altas gerencias quienes tienen la responsabilidad de potenciar sus propias habilidades emocionales en la práctica de su propia gestión empresarial, con el fin de empatizar con todos y transmitir cada mensaje con eficacia.
Recomendaciones finales sobre la empresa emocionalmente inteligente
Vivir la empresa emocionalmente inteligente es una de las más gratificantes experiencias que puede vivir una persona, bien sea porque lo hace desde su puesto como empleado o como líder empresarial. Y en este caso, la responsabilidad de guiar a la empresa por tales lides es aún mayor.
Y es que el proceso de desarrollo de la inteligencia emocional debe comenzar por nosotros mismos. ¿Y qué mejor lugar para iniciar este maravilloso viaje interior gracias a la Academia de emociones en Jerez? Con la ayuda de nuestro equipo de profesionales, queremos darte una mano amiga.
Los grandes cambios siempre deben empezar por nosotros mismos. Si te sientes perdida (o) ante tu propio manejo emocional, déjame decirte que la asertividad puede ser trabajada gracias al aprendizaje de técnicas para el manejo emocional. Y Jerez es una ciudad preciosa que puede marcar tu vida.
Y ya que hablamos de empresas emocionalmente inteligentes, quiero contarte también que podremos ver auténticos casos de éxito en este aspecto durante nuestro próximo Mastermind Latino, en donde contaremos durante tres días con los diez líderes hispanos más destacados del momento.
Durante tres días estaremos escuchando las historias de resiliencia y las decisiones que afrontaron para iniciar sus empresas, cómo lograron equilibrar su vida personal y profesional, pero sobre todo; cómo fue que entendieron que el verdadero valor eran las personas que trabajaban junto a ellos.
En definitiva, es el momento idóneo para que tú, querida emprendedora o emprendedor que me estáis leyendo ahora mismo, aprendáis de aquellos que aún hoy y a pesar del éxito empresarial, han seguido reinventándose porque entienden que los tiempos han cambiado. Es una experiencia pensada en ti.