El distanciamiento social se ha impuesto como medida preventiva por un hecho específico, sin embargo; su práctica no debe conllevar necesariamente a un distanciamiento emocional. Por suerte, contamos con las herramientas tecnológicas que no solo nos permiten mantener unidos los lazos con nuestros empleados, sino potenciar sus habilidades, lo que los convierte en equipos con gran alcance exponencial.
Pero para que dicha exponencialidad ocurra, las empresas también deben cuidar la emocionalidad y la buena salud mental de quienes integran los equipos de trabajo, especialmente en situaciones caóticas, donde los empleados se pueden sentir mucho más vulnerables.
Como humanos que somos, no podemos evitar sentir temor ante los escenarios inciertos a los que nos enfrentamos. Independientemente de que nuestro trabajo sea autónomo o que estemos laborando para una pequeña o gran empresa, todos podemos sopesar la dureza de la realidad, ante ciertos eventos de vida que nos pueden afectar a todos por igual.
Cómo crear un equipo exponencial pese al distanciamiento social
Nadie tiene certeza de cómo será nuestro futuro o si seguiremos el mes próximo en nuestro trabajo. Lo que sí está en nuestras manos es continuar con nuestra productividad laboral, con la precaución de cuidar siempre nuestra salud y la de quienes nos rodean. ¡Y qué mejor manera de hacerlo que con las buenas prácticas que nos brinda la inteligencia emocional!
Ante esta necesidad de velar por la higiene mental de cada empleado, es menester que las empresas practiquen estos cinco puntos que les permitan crear un equipo de trabajo exponencial, pese al distanciamiento social.
Crea una eficaz de gestión de crisis
Todas las empresas deben contar con un equipo disciplinario de líderes que sepan cómo actuar ante una situación de emergencia. Los manuales y protocolos desarrollados para casos excepcionales son también necesarios, nunca deben faltar, aunque muchos se rehúsen a su creación.
Con una eficaz gerencia de crisis, una empresa estará preparada para una más acertada toma de decisiones, y una comunicación limpia que tome en cuenta la inteligencia emocional para brindar la información que se requiere y en el momento oportuno, desde la empatía, unión y claridad a todos los inversores de la misma.
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Mantén una buena y rutinaria comunicación interna
¡Tu cliente interno es tan o más importante que el externo! Cuando mantenemos contacto continuo de manera concisa con quienes hacen vida en nuestra organización, los procesos se facilitan.
Conocerlos, crear empatía con tu equipo de trabajo, usar los medios electrónicos a disposición para entablar conexión es fundamental. Cada empleado es la representación de tu organización, por ende; serán tu primer escudo de protección.
Practica la escucha activa
Los procesos informativos siempre deben ser de doble vía o en dado caso, multidireccionales. Para encontrar soluciones debemos siempre escuchar.
Practicar la escucha activa genera genera un feedback del entorno laboral, el cual es necesario para ajustar, planificar, incluso; pueden ser una vía de anticipación ante cualquier problema que puede presentarse en el futuro.
Quien no sea capaz de escuchar, entonces no puede evaluar para crecer.
Toma decisiones desde la prudencia pero con rapidez
Nuestra naturaleza humana nos hace necesitar siempre del contacto con el otro. Ese contacto, gracias a la tecnología, se ha convertido en información… Y si la información no es bien manejada, los rumores se esparcen como un cáncer, dañando la comunicación efectiva y el buen ambiente laboral.
Debemos apostar por la claridad y el entendimiento siempre, pues la honestidad desde la prudencia brinda seguridad.
Esperar para brindar una respuesta se puede interpretar como desinterés por solventar los inconvenientes. Al contrario, quien brinda inmediatez es digno de confianza y reduce drásticamente cualquier porcentaje de exposición negativa de la empresa.
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Aúpa el optimismo
Winston Churchill solía decir:
«Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad».
Soy de las que piensa que el optimismo, más que una opción, es nuestra única alternativa. El buen liderazgo siempre debe ser capaz de mantener en alto la frente de quienes forman parte de su equipo, y eso solo es posible desde el contacto franco, emocional, cercano y frecuente.
Una eficaz gestión de emociones organizacional es imprescindible para cualquier tipo de empresa, pues brinda una serie de herramientas que permite enfrentar las crisis desde la sapiencia, en pro de su superación y siempre con la confianza certera del aprendizaje que vino a brindar.
Confiemos en nuestras capacidades y en las de nuestros equipos, para salir airosos de cualquier escenario caótico. Solo así podremos lograr nuestros propósitos y poner en práctica las lecciones que nos dejaron nuestras propias equivocaciones.