Dra. Estrella Flores-Carretero.

¿Te has preguntado qué es lo que hace que repitas frecuentemente una conducta? Pueden existir varias razones, pero la principal se relaciona con la aplicación del refuerzo positivo.

Es una manera efectiva de regular el comportamiento humano mediante el principio de que toda acción tiene sus consecuencias. Es así como puedes utilizar esta herramienta en el marco de una crianza emocional positiva.

Pero también destaca la utilización en el ámbito laboral y académico. Los fines del refuerzo positivo son tanto educativos como disciplinarios, aunque su uso debe apoyarse sobre motivos sustanciales.

Sin embargo, estas no son las únicas maneras de modificación conductual que son efectivas; si quieres aprender a aplicar el reforzamiento positivo junto con otras técnicas científicamente demostradas, sigue leyendo.

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Las 6 características de un refuerzo positivo exitoso

¿Qué es el refuerzo positivo?

Es una técnica ampliamente utilizada en psicología conductual, que se trata de generar una asociación entre un incentivo favorable y un comportamiento determinado con el objetivo de aumentar la frecuencia en la que este último se repite, a la vez que se produce un aprendizaje inconsciente.

Por lo tanto, un reforzador positivo puede ser cualquier recompensa que incite a la consolidación de una conducta beneficiosa, desde un elogio hasta un regalo o una cara sonriente en el boletín de calificaciones de los niños.

Es un recurso con origen en el conductismo o psicología del comportamiento que progresivamente se aplica al ámbito de la educación. Quien se encargó de teorizar el refuerzo positivo fue Frederic Skinner, psicólogo estadounidense que demostró su efectividad durante los años 30.

¿Cómo funciona el refuerzo positivo?

Según Skinner el comportamiento humano está condicionado por ciertos aspectos que son capaces de modificar la conducta, por lo que fue él quien introdujo el concepto de psicología conductista.

Este psicólogo se basó en “La Ley del efecto” del educador Edward Thorndike en la que sostiene que para que exista un verdadero aprendizaje también debe darse un importante proceso de retroalimentación.

Se trata de que un determinado refuerzo positivo o negativo siempre incide directamente en la percepción que se genera sobre una conducta, y por consiguiente en las probabilidades de repetirla.

Esto es a lo que los teóricos anteriormente citados llamaban condicionamiento operante, que es simplemente la manera en la que cada individuo aprende cómo cada acción acarrea ciertas consecuencias.

Por un lado, existen reforzadores para crear un patrón de comportamiento favorable a raíz de proporcionar un estímulo agradable, de aquí nace el concepto de refuerzo positivo.

Pero también puede existir un refuerzo negativo si se elimina un resultado desfavorable gracias a la aplicación de una conducta, de esta manera aumenta la frecuencia de este comportamiento.

Un ejemplo de refuerzo positivo es un aumento de salario a un empleado si mejora su rendimiento laboral, lo cual le incita a continuar con esta productividad favorable para la empresa.

Por otra parte, un ejemplo sencillo de refuerzo negativo es lo que ocurre al lavarse las manos. El resultado desfavorable es que las manos están mojadas, pero gracias a la aplicación de una conducta positiva como frotarlas contra una toalla este problema queda resuelto, por lo que esto se hará más a menudo.

Skinner también teorizó sobre los castigos. Un castigo positivo es aquel que provoca directamente un efecto indeseable a consecuencia de llevar a cabo una acción, por lo que reduce la frecuencia en la que se va a producir la misma en el futuro.

Sin embargo, los castigos negativos que se aplican tradicionalmente en educación son los que activamente eliminan un estímulo agradable que antes aparecía sistemáticamente para reducir la frecuencia de cierta conducta.

Un ejemplo cotidiano de castigo positivo es añadir tarea extra a una clase de niños por sus bajas calificaciones, se aplica tras llevar a cabo una acción que se pretende reducir porque es indeseable. Pero uno negativo sería cuando se retiran los juguetes a un niño debido a un mal comportamiento.

En el primer caso, se produce un castigo que evidentemente no gusta a quien lo recibe, pero no implica eliminar ningún estímulo deseable para esa persona que antes sí que poseía, al contrario de lo que ocurre en el segundo caso.

La principal diferencia entre el refuerzo y el castigo positivo es que si se aplica el segundo nunca existe recompensa, por lo que el castigo tiene un carácter inherentemente más negativo.

Esta diferencia es sutil pero vital, ya que sin provocar malestar es posible modificar un patrón de comportamiento, manteniendo una buena relación e incluso obteniendo mejores resultados.

Finalmente, existe otra manera de influenciar las acciones humanas, mediante la ignorancia u omisión; en este caso no existe ningún refuerzo negativo ni positivo, por lo que la práctica de esa actuación tiende a desaparecer.

Las 6 características del refuerzo positivo

Motivador

Esta característica es fundamental para lograr afianzar la conducta deseada, por eso los estímulos o reforzamientos positivos deben tratarse de recompensas alineadas con los intereses y objetivos vitales, es decir, deben ser motivadores.

Medible

Ya seas padre, educador o terapeuta, la única manera de aplicar satisfactoriamente el refuerzo positivo es comprobando habitualmente su efectividad.

Por eso debes evitar introducir reforzamientos aleatorios, inconsistentes y sobre todo recuerda siempre llevar un registro de estos junto con las respuestas obtenidas en cada ocasión.

Agradable

Este es el rasgo crucial del reforzamiento positivo, la elección de las recompensas ofrecidas es el paso más importante; estas deben ser tanto novedosas como motivadoras, pero ante todo placenteras.

Como se trata previamente en el refuerzo negativo se elimina una consecuencia desagradable, pero en el positivo siempre se debe introducir un elemento agradable.

Oportuno

Este punto es de nuevo muy importante, la constatada eficacia del reforzamiento positivo y negativo solo se produce cuando se utiliza de una manera específica, dadas ciertas situaciones.

Hay que evitar pensar que este recurso conductista puede ser una forma de controlar cómo actúan las personas a tu alrededor, sino que sus fines son educativos, enfocados a fomentar acciones verdaderamente beneficiosas o necesarias.

El objetivo es que se acabe integrando la actuación como un patrón de comportamiento regular, así que se comprenden perfectamente los motivos por los que se ha realizado este proceso. Por lo tanto, un reforzamiento positivo ante todo debe ser lógico, basado en aquello que se pretende fomentar.

Periódico

Característica base para lograr un refuerzo positivo exitoso es que seas paciente y consciente de que es necesario un periodo hasta alcanzar el propósito.

La periodicidad implica que idealmente, en la medida de lo posible, es recomendable que proporciones el reforzamiento positivo cada cierto periodo de tiempo prefijado.

Inmediato

Otra de las claves que configuran el refuerzo positivo es que se aplica justamente tras la realización de la conducta que pretende ser reforzada, solo así lograras la asociación pretendida.

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Refuerzos positivos y negativos

Tipos de refuerzo positivo

Internos

También denominados autorrefuerzos, un aspecto muy positivo de esta técnica es que puedes llevarla a cabo tú mismo; si quieres hacerlo deberás administrarte un reforzamiento positivo según los criterios anteriores.

Para ello es en ocasiones necesaria una gran fuerza de voluntad o determinación, pero la realidad es que se trata de la manera más sencilla de alcanzar ciertos objetivos. Esto conlleva a su vez un refuerzo de la autoestima.

Un ejemplo muy común es el autorrefuerzo de los deportistas para animarse a continuar compitiendo, deben elogiarse tras cada logro, siendo conscientes de sus capacidades y esfuerzos con el objetivo de mantener la motivación.

Externos

Al contrario del anterior, es el caso más común e implica la introducción del estímulo agradable por parte de una persona hacia otra. Normalmente, se trata de un docente, un psicólogo, un pariente o un jefe.

Naturales

El reforzamiento positivo en este caso se produce de forma lógica, por causas naturales, es innecesario introducirlo activamente. Esto ocurre con las pérdidas de peso a consecuencia de una dieta o de un bienestar generalizado a raíz de saber gestionar las emociones.

Sociales

Se trata de uno de los tipos de refuerzo positivo más cotidiano que aparece cuando alguien a tu alrededor reconoce favorablemente una conducta. Deben ser personas con cierta relevancia sentimental o autoritaria.

Tangibles

Asimismo, se encuentran muy presentes en el día a día, estos ejemplos de refuerzos positivos van desde un caramelo para un niño hasta una invitación al cine.

Se caracterizan por ser de carácter materialista, pero no por ello menos efectivos, sino al contrario. Es en esta categoría donde se sitúan todo tipo de regalos, incluido el dinero, que sirven como incentivo.

No obstante, deben utilizarse con moderación para evitar un chantaje sin finalidad didáctica en lugar de un refuerzo positivo, por eso previamente recordábamos la importancia de adecuar las recompensas.

Simbólicos

Son muy comunes en el campo educativo, en un primer momento son reforzamientos que carecen de valor tangible, pero que posteriormente podrán adquirirlo si se continúa en la dinámica deseada.

Por ejemplo, si un niño logra, gracias a su conducta, coleccionar cinco caras sonrientes, al final de la semana sus padres le llevan al parque, así es como puede canjearlas.

Ejemplos de refuerzo positivo

Refuerzo positivo en el trabajo

Es fundamental motivar a tus empleados mientras les guías por el camino correcto sin dejar de mantener relaciones que favorezcan un buen clima laboral.

Con este objetivo opera el refuerzo positivo en el trabajo. En este entorno cualquier tipo de reconocimiento merecido siempre implica una evolución global favorable.

Los ejemplos de refuerzo positivo más frecuentes son los aumentos de sueldos o los ascensos que se categorizan como tangibles; son una excelente manera de valorar las capacidades de la plantilla y para que se genere un reforzamiento deben aplicarse tras una mejora concreta e importante del empleado.

Demasiados elogios pueden perder su valor y dejar de afianzar el papel autoritario que caracteriza a quien los formula. Por eso la sinceridad acompañada del respeto resultan indispensables en el ámbito laboral. Cada elogio o castigo debe estar sostenido bajo argumentos justificados.

Pero hay otro tipo de recompensas tangibles en este contexto como son los días de vacaciones o las horas libres. Además, un buen jefe es aquel que felicita abiertamente a los trabajadores a raíz, por ejemplo, del cumplimiento estable de sus obligaciones.

Refuerzo positivo en el hogar

Hay múltiples formas de aplicar el refuerzo positivo en este ámbito, solo debes interiorizar pequeños reforzamientos cotidianos que a largo plazo adquieren gran relevancia para el desarrollo personal de los pequeños.

Para empezar, comienza por elogiar sus capacidades o buenas acciones cada vez que consigan un pequeño logro, tampoco es necesario exagerar, pero puedes hacerles saber que estás orgulloso fácilmente: “¡Qué bien lo has hecho!”, “¡Que listo, cada vez lo haces mejor!”

Otro de los ejemplos de refuerzo positivo es el que aporta autonomía como premiación a una acción: “Hoy comemos donde tú elijas”. También se encuentra el refuerzo tangible o materialista que, sin embargo, debe utilizarse en ciertos momentos.

Por ejemplo, si los anteriores refuerzos no funcionan para animar a una acción importante, pero ante todo para evitar futuras conductas caprichosas, hay que recurrir a ellos de manera oportuna y acorde.

Este es el clásico caso en el que se ofrece un postre a los niños tras alimentarse saludablemente o ir al parque cada día tras terminar los deberes.

Refuerzo positivo en la escuela

Los centros de enseñanza, junto con los hogares, poseen la responsabilidad final de formar a la sociedad del mañana en unos hábitos respetuosos y constructivos. Por ello, el refuerzo positivo adquiere un papel tan primordial en la educación.

En numerosas ocasiones es complicado hacer comprender a un niño el porqué de realizar una acción como recoger los juguetes o dormir la siesta; gracias a este recurso, sin embargo, puedes conseguir que lo adopte hasta darse cuenta por sí mismo de lo beneficioso de esa acción.

Una forma de refuerzo positivo en el aula es la motivación verbal proporcionada por los elogios a los alumnos tras lograr un buen resultado o una importante mejora.

Una manera más tangible de premiar estas acciones es subiendo las calificaciones, proporcionando mayor tiempo de recreo o dejando a la clase elegir la actividad del día entre varias propuestas.

Tanto en el contexto del hogar como en el académico son muy usuales las recompensas simbólicas como refuerzo positivo en niños, de esta forma se otorgan estrellas o pegatinas que en realidad no poseen ningún valor tangible, pero sí reforzador.

Aun así, es conveniente evitar plantear la entrega de estos reconocimientos como una competición, sino que cada niño debe competir consigo mismo por progresar en sus propios resultados.

El ambiente de competición en el aula genera conductas negativas que precisamente se están intentando evitar; en el entorno laboral, sin embargo, este aspecto competitivo puede incluso resultar motivador, ya que es menos probable que se generen conflictos a causa de la entrega de reconocimientos.

¿Cómo utilizar el refuerzo positivo?

Hay diferentes maneras de aplicar el refuerzo positivo, así como distintos aspectos para tener en cuenta, además de los que ya te hemos compartido. Para empezar, se encuentran reforzamientos con continuidad e intermitentes.

Lo convencional es introducir estímulos agradables e inmediatos que siguen a cada conducta deseada, siguiendo una periodicidad. Pero existe la opción de que una vez logrado reforzar el comportamiento, este se comience a recompensar intermitentemente.

Es recomendable entonces focalizarse progresivamente en aquellos comportamientos con mayor resistencia a consolidarse. Dentro de esta modalidad intermitente hay varias alternativas.

Se puede optar por un intervalo de razón en el que el refuerzo se proporciona tras un número determinado de veces en las que se da la conducta. También aparece la opción de un intervalo variable de tiempo, que es preferible en ciertos casos en los que la periodicidad del refuerzo se dificulta.

Asimismo, se deben tener en cuenta las operaciones motivacionales, que son condiciones que afectan a la efectividad de los reforzadores. Entre ellas destacan la privación y la saciedad.

La privación hace referencia a la necesidad de que se prive de las recompensas durante un tiempo al individuo antes de proporcionárselas, para que las integren únicamente como una asociación a cierta conducta y se mantenga el deseo por este estímulo.

Esto se relaciona directamente con el concepto de saciedad que ocurre cuando el reforzador pierde su efectividad porque se ha proporcionado tantas veces que incluso produce el efecto contrario. Por eso es tan importante el factor novedoso durante el proceso de refuerzo positivo.

Infografía refuerzo positivo ieie

Infografía sobre el refuerzo positivo

Recomendaciones sobre cómo utilizar un refuerzo positivo para que sea efectivo

Los refuerzos positivos y negativos, por lo tanto, tienen numerosas aplicaciones beneficiosas y es innecesario ser un experto en la materia para aprovecharse de ellas. Pueden implicar la superación de un miedo patológico, la adopción de un hábito saludable o el aumento de rendimiento laboral que persigues.

¿Poseen algún inconveniente? En realidad, solo si se aplican desde el desconocimiento y se abusa de este recurso. Es entonces cuando el refuerzo positivo favorece comportamientos disfuncionales; por ejemplo, cada vez que un niño se tranquiliza le das un dulce, de esta manera se refuerza la idea de que el mal comportamiento acaba generando recompensas.

Por lo tanto, resulta complicado comenzar a familiarizarse con el concepto de refuerzo negativo y positivo para que supongan una mejora real; sin embargo, en el IEIE nuestra función es ayudarte a mejorar tu calidad de vida mediante una efectiva gestión emocional gracias a este tipo de herramientas.

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