¿Has escuchado alguna vez el término de empresa o corporación líquida? Seguramente, en estos momentos, el término lo puedes estar relacionando con liquidez monetaria, pero nada más lejos de la realidad.

En este breve artículo, te contaré por qué es tan importante que manejes este concepto corporativo y las ventajas que puede traer para tu empresa ser líquida en estos momentos de crisis o coyuntura mundial, como un rasgo indiscutible de inteligencia organizacional.

 

¿Qué son las empresas líquidas y por qué sobrevivirán a la crisis?

¿Qué son las empresas líquidas y por qué sobrevivirán a la crisis?

Qué es una empresa líquida

Cuando pensamos en maleabilidad o adaptación, ¿en qué pensamos exactamente? ¿En un bloque de concreto o en alguna sustancia líquida que fácilmente tome la forma del molde donde es vaciado? El bloque no calza en todos lados y puede sufrir fracturas. El líquido, en cambio, tiene la característica de adaptarse con facilidad a cualquier envase que lo contenga.

Lo mismo ocurre con las organizaciones.

Las empresas líquidas, al aceptar los cambios y la velocidad de transformación como esencia del mundo, pueden responder y adaptarse con más agilidad a los retos que les impone el mundo. Es decir, se convierten en empresas versátiles.

Ejemplo de ello podemos apreciarlo ahora, cuando en medio de la pandemia, empresas cuya línea de producción estaba alejada de la rama de la medicina, han hecho esfuerzos por producir o ayudar en la fabricación de respiradores o material hospitalario.

¿Qué son las empresas líquidas y por qué sobrevivirán a la crisis?

De dónde nace el término empresa líquida

El término empresa líquida es en realidad, una adaptación del término “modernidad líquida” descrito por Zygmunt Bauman, para explicar los procesos de cambios que vive nuestra sociedad. El mundo no es un lugar predecible y netamente ordenado, donde vamos de un punto A a un punto B de manera lineal. El pensar que te graduabas, ibas a una empresa a la que dedicabas toda tu vida y luego te jubilabas, ya no existe.

Al contrario, las personas cambian de trabajo, de rama y hasta de país con una velocidad vertiginosa. Lo que existe hoy puede desvanecerse con mucha facilidad mañana, y esta característica no es ni buena ni mala. Es solo la esencia de estos tiempos.

A ese proceso de cambio, Bauman lo bautizó como modernidad líquida, frente a lo estático del pasado. Y si la sociedad ha cambiado, ¿qué nos hace pensar que no ocurre lo mismo con las empresas?

 


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Características de las empresas líquidas

Liderazgo empático y motivador

Los cambios pueden ser inesperados, pero de las personas depende el avanzar o estancarse. Aunque el entorno se muestre poco confiable, los líderes deben mostrar su seguridad y confianza tanto en sus capacidades propias como en las de su equipo de trabajo, y eso solo se logra gracias a una comunicación empática con quienes laboran en su equipo.

Siempre he pensado que un líder, aunque vea las nubes negras, debe saber alentar a su equipo para que los ánimos no decaigan. Por eso deben mantener una gran base emocional que les permita escuchar desde el corazón.

Plus aparte, debemos entender que las características de cada proyecto empresarial pueden ser completamente diferentes, por ende; necesitaremos líderes diferentes, lo que además estimula la alternancia en el liderazgo. Si la empresa es líquida, entonces no debe dar nada ni nadie por sentado.


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Permiten que las personas aporten sus propios proyectos

Si hay algo que entorpezca a la productividad laboral es justamente el estancamiento laboral. La rutina puede ser la asesina de sueños y proyectos más grande que puede haber, ya que destruye la creatividad y la iniciativa.

En cambio, si las personas dan por hecho que aún les queda un trecho por aprender o dar, entonces se mantendrán en actitud de seguir mejorando, lo que estimula la productividad.

Escuchar al otro y que éste sienta que sus ideas pueden ser incorporadas puede ser un gran aliciente en momentos de incertidumbre.


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Valoran el talento interno (y lo hacen saber)

Los puestos de trabajo eternos dejaron de existir hace muchos años. Es común que las empresas hoy se manejen con presupuestos muy ajustados, con los cuales deben competir en un mundo global y masificado.

Por ello, fuerzas como el teletrabajo son las que han ayudado a muchas organizaciones a sobrevivir en estos momentos, además de ayudarles a sumar talentos que estarían geográficamente fuera de su alcance.

Además de ello, valoran a sus miembros ofreciéndoles un salario justo y emocional, les permiten gestionar su propio tiempo, les dan oportunidades de promoción y crecimiento laboral, se enfocan en crear un buen clima organizacional, entre otros.

Brindan formación constante a sus empleados

Justamente, en estos momentos de incertidumbre global, se ha desplegado una cantidad inmensa de oportunidades de estudio a distancia, con las más actualizadas informaciones académicas para que las personas refuercen sus conocimientos o desarrollen otras habilidades.

No podemos dar por hecho que ya nuestros empleados manejan la información que necesitan. Una empresa líquida se caracteriza justamente por apostar en el crecimiento de sus empleados, porque está consciente de que todo es movible, incluso el conocimiento.

Los consumidores y usuarios pueden cambiar vertiginosamente de gustos, la sociedad es mucho más impredecible de lo que se cree, pero solo si hay una gestión empresarial fluida, que entienda y acepte la maleabilidad de los tiempos podrá superar los obstáculos.

Esperemos entonces que seamos los propios seres humanos los que llevemos la batuta en estas transformaciones. ¡Quién sabe si esa sea la tarea futura de las inteligencias artificiales!

¿Qué son las empresas líquidas y por qué sobrevivirán a la crisis?

En conclusión, el mundo en el que vivíamos cambió para siempre. En realidad, siempre hemos estado en constante cambio, pero quizás esta generación no había sido golpeada por uno tan absoluto y global en cuestión de semanas.

Hagamos de la empresa líquida nuestra mejor característica organizacional y habremos dado un salto al futuro.

Bibliografía

Bauman, Z. (2015). Modernidad líquida. Fondo de cultura económica.