Las compras nerviosas y compulsivas son un acto de pánico ante un evento inesperado, que puede causar estragos a nivel económico y social.

Una de las primeras noticias que impactó al mundo cuando comenzaron a declararse los países en estado de cuarentena, eran las filas de personas comprando precipitadamente cantidades inmensas de productos, entre los cuales destacaban paquetes (¡muchos paquetes!) de papel sanitario.

Mientras algunas personas por redes sociales hicieron burla del hecho, otros se preguntaban a modo de reflexión ¿por qué compraban papel higiénico de manera exagerada? De eso hablaremos en esta ocasión, a propósito de las compras nerviosas-compulsivas y qué mecanismos a nivel psicológico nos llevan a actuar de esa manera.

¿Por qué hacemos compras nerviosas?

¿Por qué hacemos compras nerviosas?

Satisfacción de necesidades básicas

De acuerdo a la teoría de Maslow,para poder aspirar a cumplir nuestras metas de vida, es necesario satisfacer nuestras necesidades básicas, entre las cuales se cuentan las necesidades fisiológicas como lo son la alimentación, la respiración, el descanso, la homeostasis y el sexo; como la base que sustentan a los restantes cuatro eslabones, hasta alcanzar la autorrealización; que es en donde expandimos nuestros horizontes, y abarca todo lo concerniente a la resolución de problemas y desarrollo personal.

Siendo así, entonces tiene sentido pensar que ante un escenario conflictivo en el que la vida esté en riesgo, dejemos de atender los escaños superiores de la pirámide y nos afiancemos en mantener satisfecha la base de todo.

Si a ello sumamos que los rumores y noticias falsas contribuyeron a alimentar la paranoia de que las cadenas de producción y transporte de alimentos estaban rotas o paralizadas, lo que quedaba era el caldo de cultivo perfecto para que se dispararan los síntomas de ansiedad.


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¿Por qué las personas realizan compras nerviosas y compulsivas?

A mi juicio, existen tres puntos clave por los cuales en todo este escenario, bastante trágico:

Las compras compulsivas dan una sensación engañosa de seguridad

Como bien explica la teoría de Maslow, si nos falta la base que nos sustenta, lo más lógico es que busquemos suplir esa necesidad lo más pronto posible. Quedarse en cuarentena, más allá de ser una alternativa lógica ante un virus letal, es mucho más llevadero cuando tienes todo lo que necesitarás durante un tiempo prolongado en casa.

Es la manera que tenemos de decirnos: “estamos bien”, ante una situación en la que damos por sentado que no nos estamos enterando de la realidad de los hechos, y queremos crear un halo de seguridad a nuestro alrededor.

Las compras nerviosas nos evitan la sensación de arrepentirnos por no hacer las cosas cuando debíamos

¿Recuerdas todas esas veces en las que tu familia o tus amigos te dijeron (valga la redundancia) “te lo dije”? Ante un estado de alarma, lo más probable es que nuestro cerebro comience a sopesar, ya que no tiene certeza de nada, y piensa: “¿Y si…?”.

Todo siempre gira en torno a esa necesidad de querer controlar todo lo que nos pasa, y por supuesto, algo como un virus está fuera de control…

 “Todo el mundo lo hace”

Los norteamericanos tienen un dicho muy majo que refleja este punto: “monkey see as monkey do”, para referirse a todas esas conductas en las que el ser humano actúa porque ve que los demás lo hacen, pero no porque lo piense demasiado.

Somos seres sociales, y como la manada que somos, a veces suele pasar que repetimos acciones sin pensar realmente en que nuestras acciones pueden acarrear consecuencias.

Comprar de manera ansiosa y acumular productos ante un evento como una pandemia, lo que genera es desabastecimiento y por supuesto, la especulación de productos.

¿Por qué hacemos compras nerviosas?

Ejemplo de ello podemos verlo en todas las denuncias que se hicieron de irresponsables que vendían mascarillas o tapabocas a precios que superaban los 5.000 euros, o la baja de un millón de productos en Amazon por especulación.

Qué puedo hacer para no comprar por ansiedad ante un evento que no puedo controlar?

Primeramente, pensar en que no puedo controlar todo lo que me sucede, pero sí puedo manejar efectivamente mis emociones, gracias a la práctica de la inteligencia emocional.

Una vez que mantengamos nuestras emociones a raya, pensemos en estos tres planteamientos:

Comprar en función de mis necesidades cotidianas

¿Realmente necesito comprar 15 cajas de un mismo producto? ¿Por qué no suplirme de manera más integral? Hay muchas personas tan ansiosas como yo, que también tienen derecho de abastecerse.

NO anticiparme a los hechos

Nadie sabe con certeza lo que puede ocurrir el día de mañana, así que ante la incertidumbre debe prevalecer nuestra sensatez, que no es más que la conciencia de esa compulsión. Hasta ahora, las cadenas y servicios de alimentación han estado funcionando, incluso aquí en España y en muchos países del mundo, se ofrece servicio de delivery.

Evitar caer en el juego de la ansiedad

Insisto: no caigamos en los juegos de nuestra mente. Ya dijimos que la despensa llena nos da una sensación de estabilidad. Tengamos conciencia de la compulsión a la compra y a lo absurdo. De este modo, tratemos hacer un análisis de la realidad para que el “agobio emocional” por el encierro no nos lance al precipicio.

¿Por qué hacemos compras nerviosas?

Bibliografía

Maslow, A. (2012). Pirámide de Maslow. Thorie des besoins de lhommeselon.