Dra. Estrella Flores-Carretero.

¿Te preocupa que tú o alguien a quien quieres esté sufriendo maltrato emocional? Identificar a un maltratador psicológico puede ser un reto, pero es el primer paso para acabar con un ciclo de toxicidad.

El abuso emocional se mantiene en secreto habitualmente debido al miedo, la vergüenza y el estigma asociados. Estos factores se deben a una deficiente concienciación pública.

Entre las relaciones abusivas más frecuentes se encuentran la violencia de género, el acoso laboral, el bullying y el maltrato psicológico en la familia. Todas ellas tienen por objeto el sometimiento de la víctima.

Gracias a este artículo descubrirás los distintos tipos de maltratador emocional o sus principales rasgos característicos. Finalmente, mejorarás tu comprensión acerca de cómo protegerte a ti y los que te rodean. Comencemos.

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¿Cómo identificar los 10 rasgos de un maltratador psicológico?

¿Qué es el maltrato psicológico?

El maltrato psicológico se refiere a un tipo de abuso en el que una persona ejerce poder sobre otra mediante comportamientos que dañan su salud mental y emocional. No deja marcas visibles, pero puede ser igualmente perjudicial y traumático.

Por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el maltrato psicológico como «los actos de intimidación, humillación, amenaza o menosprecio dirigidos hacia una persona, especialmente en relaciones íntimas o familiares, que tienen como resultado el deterioro de su bienestar mental».

En la investigación oficial Inteligencia emocional para la prevención se respalda la efectividad de esta herramienta, ya que el objetivo es que tanto víctimas como agresores rompan con los estereotipos de género, para establecer relaciones basadas en la empatía, el diálogo o la resolución constructiva de conflictos.

¿Puede haber maltrato psicológico sin haber maltrato físico?

Si, es posible, de hecho, esta circunstancia se manifiesta con frecuencia. La invisibilidad del maltrato emocional lleva a que sea minimizado o ignorado tanto por las propias víctimas como por quienes las rodean.

Sin embargo, el daño emocional causado es duradero y deja secuelas significativas. Puede derivar en trastornos de ansiedad, depresión, baja autoestima, estrés postraumático y dificultades en las relaciones interpersonales.

La manipulación y control ejercidos por un maltratador psicológico erosionan la confianza del afectado, dejándole atrapado en un ciclo abusivo. Por ello, es fundamental concienciar sobre esta forma de maltrato, ya que sus consecuencias llegan incluso a ser más perjudiciales.

¿Qué es un maltratador psicológico?

Un maltratador psicológico es una persona que utiliza patrones de comportamiento abusivo, con diferentes técnicas de coacción como la intimidación, con el objetivo de socavar la confianza de la víctima y poder ejercer un control sobre ella.

La dominación emocional que ejerce un maltratador psicológico, está considerada como una forma grave de violencia en la gran mayoría de legislaciones, debido a que los maltratadores psicológicos aprovechan cualquier circunstancia para ejercer un daño premeditado.

Aunque la víctima exprese su malestar en un principio, el abuso continuará, ya que evidentemente el problema no depende de ella. De esta forma, la situación tiende a calmarse momentáneamente hasta que se repiten los patrones.

Tipos de maltratadores psicológicos

Cuando se trata de reconocer a los maltratadores psicológicos, es imprescindible comprender las distintas variedades. A continuación, te muestro las más comunes, aunque la mayoría de estos rasgos no son excluyentes entre sí:

Abusadores impulsivos o disfóricos

Un tipo de maltratador psicológico que actúa de forma espontánea y con escaso control emocional. De esta forma, puede enfadarse por cosas sin importancia, actuando agresivamente contra su pareja, a menudo sin previo aviso.

Este tipo de relación es muy inestable, dejando a la víctima siempre en alerta e insegura de lo que puede hacer estallar a su abusador. Tienen una gran tendencia a culpar a otros. Se perciben como víctimas y consideran que el mundo es hostil.

La victima tendrá que actuar con cautela, suprimiendo en gran medida su propia voluntad. En algunos casos, un maltratador psicológico tiene antecedentes de abuso de sustancias u otros hábitos nocivos, lo que complica aún más las cosas.

Identificar a un maltratador impulsivo o disfórico puede ser difícil, ya que sus acciones son incoherentes; sin embargo, hay varias señales de advertencia a las que prestar atención.

Si tu pareja psicológica tiene un historial de arrebatos repentinos o suele culpar a los demás de sus problemas, es una señal de alarma. Además, si sientes que debes vigilar tu comportamiento para no molestarle, es muy probable que haya un problema.

Abusadores antisociales

Manipuladores y peligrosos, los abusadores antisociales destacan entre los tipos de maltratadores porque muestran una total falta de empatía, no tienen en cuenta los derechos o sentimientos ajenos. Pueden tener antecedentes penales, el abuso de sustancias también suele formar parte de su historial.

Este tipo de maltratador psicológico es hábil para manipular a sus víctimas, empleando el encanto y el carisma para ganarse su confianza. La “luz de gas” es un comportamiento habitual, acusando a las víctimas de sus propios actos abusivos.

El sufrimiento emocional infligido puede ser devastador. Aislar a las víctimas de amigos y familiares es una táctica habitual, lo que les dificulta buscar ayuda. Sin embargo, afortunadamente cada vez existen más recursos de apoyo disponibles.

Maltratadores sobrecontrolados

Son los maltratadores psicológicos que muestran un enfoque excesivamente controlado del maltrato, suelen tener una necesidad profundamente arraigada de dominación, que intentan conseguir mediante un entorno inflexible y muy estructurado.

Este tipo de maltratador psicológico parece perfeccionista, con una idea clara de lo que está bien o mal, y utiliza esta necesidad de control como excusa para su comportamiento abusivo.

Emplean tácticas como la luz de gas y la crítica disfrazada de consejo útil para conservar su poder. Las víctimas se encuentran en un interminable estado de ansiedad, sin saber nunca con certeza cuándo sus acciones provocarán una respuesta hostil.

Uno de los principales rasgos de este tipo de maltratador psicológico es la falta de empatía hacia los demás. Están tan centrados en su control que son incapaces de identificar o responder a las necesidades emocionales de quienes les rodean.

Esto provoca una profunda sensación de soledad en la víctima, que siente que sus sentimientos y necesidades no se toman en serio. Por ello, es fundamental reconocer las señales para salvaguardarse de los efectos destructivos de su violencia psicológica.

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Rasgos del maltratador Psicológico

Los 10 rasgos de un maltratador psicológico

Una persona manipuladora o muy narcisista no tiene por qué ser maltratadora psicológica; no obstante, si algunos de los siguientes rasgos se manifiestan junto con un componente controlador, estás ante una relación abusiva, ya que el control sobre su víctima es el fin último de cualquier opresor emocional.

Manipulación

La manipulación es una de las principales características del maltratador psicológico. En este sentido, el gaslighting o “luz de gas” es muy frecuente, el maltratador hace dudar a su víctima de su propia cordura.

A las víctimas les suele resultar difícil detectar la manipulación en sus relaciones. Los maltratadores emplean tácticas persuasivas, al tiempo que intentan culparlas de lo ocurrido.

La manipulación adopta múltiples formas, sobre todo cuando es sutil. Por ejemplo, un maltratador psicológico en la pareja puede utilizar cumplidos enmascarados para que la víctima haga lo que él desea. También emplean la intimidación para que ceda a sus exigencias.

La manipulación es señal de una dinámica de poder desequilibrada en una relación, puede provocar graves traumas y disfunciones relacionales en la víctima. Es un rasgo habitual en el perfil de un maltratador de mujeres, es decir, en casos de violencia de género.

Te infravalora

El menosprecio es un arma poderosa en manos de un maltratador psicológico. A menudo comienza de manera sutil, con comentarios aparentemente inofensivos que desvalorizan los logros, habilidades o apariencia de la víctima.

Estos comentarios son disfrazados de «bromas» o críticas constructivas, pero su objetivo subyacente es erosionar la autoconfianza y hacer sentir insignificante a la otra persona.

Además, un maltratador psicológico “experto” utiliza tácticas más avanzadas. Pueden ignorar deliberadamente, invalidar sus sentimientos y necesidades, o ridiculizarle en público o en privado.

En el perfil de un hombre maltratador también es muy común que minimicen los éxitos de la víctima, atribuyéndolos a la suerte o a la ayuda de otros, mientras exageran y se atribuyen cualquier logro compartido. Estas acciones continúan debilitando la autoestima de la víctima, haciéndola sentir cada vez más impotente y dependiente.

¿Por qué una mujer no puede dejar a un hombre maltratador? La dependencia es, precisamente, el sentimiento más peligroso a desarrollar en este tipo de relaciones, ya que conlleva sentirse atrapado.

Es decir, por mucho que la víctima sepa conscientemente que debería abandonar el vínculo, esta falsa sensación de necesitar al maltratador se lo dificulta enormemente. Por eso lo mejor es atender a los primeros indicios cuando aún no se ha forjado una fuerte conexión sentimental.

El riesgo de aislamiento también es elevado, ya que el maltratador psicológico suele desacreditar a las personas de apoyo o manipular las relaciones de la víctima para su propio beneficio.

Además de los efectos emocionales, el menosprecio también influye negativamente al desempeño académico y laboral de la víctima, lo cual acarrea importantes consecuencias futuras.

Aislamiento

Un maltratador psicológico empleará el aislamiento como táctica para controlar a sus víctimas. Esto puede adoptar la forma de restringir su contacto con amigos y familiares, limitar el acceso a dispositivos de comunicación, o incluso confinarlas a una sola habitación o zona de la casa.

Es fundamental reconocer cuándo se está recurriendo al aislamiento como herramienta de maltrato, para ayudar a la víctima a escapar de su captor. Estas experimentan un profundo sentimiento de abatimiento, el cual desencadena trastornos como la depresión, ansiedad e incluso ideas suicidas. El aislamiento social también se emplea como forma de condicionar a la víctima para que acepte el comportamiento del maltratador como norma.

Al limitar su exposición a perspectivas externas, el maltratador psicológico es capaz de establecer un entorno autocontenido en el que su comportamiento se considera aceptable.

Esto dificulta considerablemente que la víctima identifique el maltrato y busque ayuda. Por último, es esencial reconocer que el aislamiento puede adoptar muchas formas, y que no siempre resulta evidente.

Por ejemplo, un maltratador psicológico puede utilizar técnicas sutiles, como hacer comentarios despectivos sobre los amigos y la familia de la víctima, o exigirle que le muestre todos los mensajes del teléfono móvil.

Control excesivo y desconfianza

A menudo un maltratador psicológico emplea tácticas para establecer una dinámica de poder, en la que limita el acceso de su víctima a las finanzas, los seres queridos, y puede incluso recurrir al chantaje emocional o a las amenazas físicas.

En consecuencia, las víctimas experimentan sentimientos de culpa o vergüenza, lo cual agrava el ciclo de aislamiento. Para cualquiera que se enfrente a un control excesivo, debe saber que hay esperanza y que, ante todo, no son los culpables.

Poca empatía

Reconocer el maltrato psicológico empieza por reconocer la falta de empatía del agresor. Esto significa una incapacidad para comprender o conectar con los sentimientos ajenos.

Esta es la razón por la que no tienen remordimientos al ignorar las emociones, negar su ayuda o incluso causar angustia. El maltratador psicológico expresa un sentimiento de derecho, en el que sus propios deseos tienen prioridad sobre los de los demás.

Nadie merece sufrir este tipo de violencia, y buscar ayuda de un profesional de la salud mental o de un grupo de apoyo supone un paso vital hacia el proceso de curación.

Es esencial señalar que la falta de empatía no sólo está presente en los maltratadores, también está asociada a ciertos trastornos de la personalidad, como el trastorno narcisista.

Sin embargo, cuando se combina con otros rasgos, como la manipulación y la dominación, se convierte en una poderosa herramienta para hacer daño a los demás.

Culpabilizar a la víctima

Para las personas atrapadas en el ciclo del maltrato, la sensación de impotencia es demasiado poderosa. El maltratador psicológico utiliza la culpa para controlar el comportamiento de la víctima, haciéndola sentir responsable de sus abusos.

En casos extremos, la víctima puede empezar a aceptar que ella es la razón de los problemas en la relación. El resultado es un bucle interminable de abuso emocional que es muy complicado de romper.

Es vital recordar que la víctima nunca es responsable de las acciones del maltratador psicológico. Culparla es una técnica maliciosa empleada para mantener el control.

Intimidación física o psicológica

Una de las principales características del maltratador psicológico es la intimidación física, que implica amenazas de violencia o incluso verdaderos actos violentos; es entonces cuando el abuso pasa a una escala de peligrosidad superior.

Esta táctica provoca que las víctimas se sientan aún más impotentes, con miedo a hablar por temor a las represalias. Mientras que la intimidación psicológica supone amenazas al bienestar emocional o la privación de afecto, actos que también ocasionan graves efectos.

Pensamiento dicotómico

El pensamiento dividido es una de las típicas características del maltratador psicológico, que supone ver el mundo en términos absolutos. Esto implica que descifran circunstancias e individuos como totalmente estupendos o absolutamente horribles, sin espacio para oscuridades intermedias.

Este tipo de deducción provoca una comprensión distorsionada de la realidad y dificulta que los maltratadores simpaticen. Implica una ausencia de reconocimiento de las emociones y necesidades de la víctima.

En ciertos casos, tienen convicciones inflexibles sobre puntos concretos y no están dispuestos a pensar en puntos de vista diferentes. Es por ello por lo que las víctimas de malos tratos se sienten controladas o invalidadas cuando no se tienen en cuenta sus perspectivas.

Es esencial percibir que la deducción dicotómica no es un método sólido ni productivo de echar un vistazo al mundo. Por eso si detectas estas conductas a alguien de tu entorno, es importante que le comentes las consecuencias propias y ajenas de su percepción.

Sin embargo, quien además de poseer esta visión también es un maltratador psicológico, tenderá a defender mediante violencia física o verbal sus opiniones para lograr anteponerlas a las del resto.

Susceptibilidad

Dentro del perfil del maltratador se incluye el rasgo de sentirse fácilmente ofendido o invadido sin motivo. Incluso cuando la víctima realiza comentarios inocentes, es sencillo que se comience a despertar su agresividad.

Por otro lado, es importante recordar que haber sufrido abusos psicológicos no significa que alguien sea débil o defectuoso. Cualquier individuo, independientemente de sus antecedentes o personalidad, puede ser víctima de manipulación.

Sin embargo, ser consciente de los signos del maltratador psicológico y reconocer la propia vulnerabilidad es increíblemente beneficioso para protegerse de males mayores.

Buscar el apoyo de un especialista cualificado en psicología sobre el maltrato es un primer paso poderoso en este proceso, que proporciona a las víctimas las herramientas y el apoyo que necesitan para recuperar su autonomía.

Sigue un ciclo de abuso

Un ciclo abusivo en una relación de maltrato sigue un patrón repetitivo que caracteriza a este tipo de dinámica destructiva. Aunque las circunstancias pueden variar, generalmente identifican las siguientes etapas:

Acumulación de tensión

Esta etapa es el preludio del abuso. La tensión y la frustración comienzan a acumularse en la relación con discusiones frecuentes, críticas constantes o falta de comunicación efectiva. La víctima se siente inquieta o temerosa, percibiendo signos de peligro inminente.

Incidente de abuso

La tensión acumulada llega a un punto crítico y se produce el acto de abuso. Aunque atravesar una y otra vez por estas fases ya supone un maltrato en sí mismo.

El abuso puede manifestarse de diversas formas: física, emocional, sexual o económica. El maltratador psicológico ejerce su poder sobre la víctima, utilizando tácticas de manipulación, insultos o cualquier otro medio para someterla.

Remordimiento y disculpa

Después del incidente, el maltratador suele mostrar arrepentimiento. Puede llegar a reconocer un comportamiento inapropiado y disculparse, prometiendo que no volverá a ocurrir. Tratará de convencer a la víctima de que el abuso fue un acto aislado y que realmente la ama.

Luna de miel

Fase de aparente calma y afecto. El acosador muestra comportamientos cariñosos, se esfuerza por complacer a la víctima y hace promesas de mejora. El afectado alberga esperanzas de que las cosas realmente cambiarán aferrándose tristemente a esa ilusión.

Sin embargo, es crucial que sepas que la luna de miel es temporal e implica una táctica manipuladora para mantener la relación. El maltratador busca recuperar el control emocional y la lealtad antes de que comience nuevamente el ciclo.

Después llega la desafortunada repetición de las citadas fases. A medida que la luna de miel se desvanece, la tensión comienza a acumularse de nuevo y se produce otro periodo de abusos.

Es esencial destacar que cada vez que el ciclo se repite la tensión crece en intensidad, así como los maltratos. Esta dinámica tiende a ser altamente atrapante si no se ponen medios a tiempo, el apoyo externo resulta fundamental. Si puedes proporcionarlo, no te alejes de la víctima, aunque ella misma te lo pida.

¿Un maltratador psicológico es consciente del daño que hace?

Aunque las acciones del maltratador son evidentes, surge la pregunta de si realmente entienden el daño que están infligiendo. Para saberlo, se deben considerar sus motivaciones subyacentes.

Algunos maltratadores psicológicos poseen un fuerte deseo de control y dominio sobre sus víctimas, disfrutando del poder que obtienen al someterlas. Otros pueden tener problemas de autoestima, empleando el abuso para sentirse superiores.

En ambos casos, existe una intención de ejercer poder. Destaca su habilidad para negar o racionalizar el comportamiento abusivo.

De esta forma, otra de las características del maltratador psicológico es que justifican sus acciones culpando a la víctima, minimizando el impacto del abuso o incluso convenciéndose a sí mismos de que están actuando en beneficio mutuo.

Esta negación dificulta su reconocimiento del dolor que infligen. Si bien un maltratador puede no ser completamente consciente del alcance exacto del daño, es probable que siempre tenga algún grado de conocimiento sobre las consecuencias, una vez se manifiestan a través de la víctima.

Sin embargo, optan por ignorarlas con el fin de mantener su poder sobre la situación. Las actitudes y normas sociales también influyen en la conciencia del abusador.

Si se encuentran en un entorno donde la violencia es tolerada o incluso justificada, es más probable que no comprendan la gravedad del asunto. Además, las representaciones mediáticas y culturales de las relaciones también influyen en su percepción.

Por otro lado, entre las características del maltratador psicológico pueden encontrarse trastornos patológicos de la personalidad, como el narcisista o el trastorno antisocial, que se asocian con una incapacidad para apreciar el sufrimiento.

En estos casos, es más probable que el opresor carezca de una verdadera conciencia del daño, ya que su perspectiva se centra únicamente en sus propias necesidades y deseos.

Pero en todo caso, aunque el maltratador tenga limitaciones o heridas internas, esto no excusa su conducta. La responsabilidad personal sigue siendo un aspecto crucial en la lucha contra el maltrato.

¿Un hombre maltratador puede cambiar? Es posible que algunos, a través de la intervención terapéutica, puedan llegar a modificar su conducta y asumir la responsabilidad. Sin embargo, esto requiere de una profunda voluntad de cambio y un compromiso genuino con la sanación.

En última instancia, la pregunta sobre si un maltratador psicológico es consciente del daño que causa es compleja y multifacética. Mientras que algunos pueden tener cierta conciencia, otros están atrapados en la negación o carecen de empatía.

Independientemente, el abuso psicológico sigue siendo una conducta inaceptable que no debe ser tolerada en ninguna circunstancia. Es fundamental que las víctimas sean protegidas y que los culpables no sean eximidos.

Consecuencias del maltrato psicológico para las víctimas

Como he puntualizado anteriormente, el maltrato psicológico conlleva repercusiones muy graves que perduran más allá de su ocurrencia, al margen de que el abuso haya sido únicamente emocional.

Una de las principales es la disminución de la autoestima. Se hace sentir a las víctimas como personas inconsecuentes, impotentes e inútiles, lo cual provoca diversas afecciones de salud mental.

Este hecho perjudica a todos los ámbitos de su vida: futuras conexiones emocionales, desempeño laboral y académico, habilidades sociales, dificultad para conciliar el sueño… A su vez, estas circunstancias generan nuevos perjuicios, por ejemplo, de carácter económico.

No obstante, aquí tienes una lista de las principales consecuencias concretas que genera una experiencia de maltrato psicológico:

  • Aislamiento social.
  • Dependencia emocional.
  • Estrés crónico.
  • Aumento de la presión arterial.
  • Trastornos de sueño.
  • Dolores musculares y desmayos.
  • Dificultad para generar nuevas conexiones.
  • Ataques de ansiedad intensa.
  • Impacto en el desarrollo personal.
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Infografía sobre los rasgos de un maltratador psicológico

Recomendaciones finales sobre cómo reconocer los 10 rasgos de un maltratador psicológico

El maltrato psicológico es una realidad dolorosa y destructiva que afecta a muchas personas en la actualidad. Supone una forma de violencia invisible, donde las palabras y acciones hirientes se convierten en poderosas armas contra la autoestima.

Durante el 2019, al menos el 58% de las mujeres españolas entre 15 y 49 años sufrieron maltrato psicológico. Este es uno de los innumerables datos que alertan sobre la importancia de construir una educación basada en la concienciación sobre esta lacra social.

Por desgracia, los datos no difieren mucho con los de otros países alrededor del mundo. Aunque cualquiera puede sufrir este abuso, las estadísticas apuntan como las víctimas más susceptibles son mujeres de entre 22 y 39 años.

Sin embargo, en medio de la oscuridad, cada uno de nosotros tiene el poder de ser un agente de cambio, a la hora de levantar la voz contra el maltratador psicológico y ofrecer apoyo a aquellos que lo sufren.

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