Por Dra. Estrella Flores-Carretero.
¿Sabías que llorar en el trabajo puede ayudarte a nivel emocional? Vivimos en tiempos de constante estrés, por lo tanto, llorar frente a tu jefe o tus compañeros ante una situación específica en la que hayas llegado al límite, en nada debe perjudicar tu imagen profesional.
Seguramente crees que hay que pasar de largo de ciertas situaciones, como evitar llorar cuando estás enojado o enojada, por ejemplo, cuando la verdad es que el llanto nos permite drenar la frustración, la ira e incluso la alegría, en momentos en los que nos sentimos desbordados.
Aunque todos debemos aprender a manejar las emociones, llorar en el trabajo puede tener ciertos beneficios. Así que continúa leyendo para que sepas por qué debes evitar reprimir el llanto en tu puesto de trabajo.
¿Qué encontrarás en este artículo?
Los 4 beneficios de llorar en el trabajo
¿Por qué lloramos?
Admito que yo también lloré en el trabajo. Aún me pasa de vez en cuando. El llanto es la respuesta natural ante un hecho que nos causa tristeza, estrés o alegría y según el Dr. Ad Vingerhoets, profesor de Psicología clínica en la Universidad de Tilburg en Países Bajos, desarrollamos las lágrimas como mecanismo visible de sufrimiento, para no alertar a los depredadores sin tener que reprimir el llanto.
Según explica detalladamente Vingerhoets en sus declaraciones al NY Times, el llanto se compone de dos elementos: las lágrimas y los sonidos de angustia, estos últimos bastante comunes entre animales pequeños e infantes humanos para alertar a sus padres.
Pero cuando nos hacemos adultos, cambian los motivos por los cuales largamos el llanto. Mientras que de niños lo usamos como señal de dolor, de adultos lo hacemos con menos frecuencia, y aunque sea por motivos más emocionales o por empatía, de acuerdo a Vingerhoets, la mayoría del tiempo lloramos por frustración, separación o pérdida. Entonces, llorar en el trabajo no es tan descabellado como algunos creen.
¿Es normal llorar en el trabajo?
Al menos que seas un robot, llorar en el trabajo puede pasarte en cualquier momento. Y no hay nada de malo en ello, ni tiene que verse como algo de lo cual debas arrepentirte. Todos podemos llegar al límite, por lo tanto, un momento de lágrimas puede servirnos como catarsis para liberar la tensión.
Sin embargo, es recomendable que hagamos de la inteligencia emocional nuestra bandera para una efectiva gestión de emociones, que nos permita superar las situaciones desbordantes de la mejor manera posible. Por lo tanto, antes que llorar en el trabajo de manera constante, lo mejor es aprender a mirar nuestras emociones y tratar de solucionar lo que nos pueda estar pasando.
¿Quiénes lloran más en el trabajo los hombres o las mujeres?
Llorar en el trabajo es cuestión de hombres y mujeres, aunque culturalmente, en la mayoría de las sociedades del mundo, a las mujeres nos educan para expresar emociones con mayor facilidad.
De hecho, un 50% de empleados admiten llorar en el trabajo o haberlo hecho alguna vez, mientras que áreas laborales como la medicina, las cifras pueden llegar hasta al 75% de la plantilla entre doctores y enfermeros, y de ese porcentaje un 90% son mujeres.
¿Cómo evitar llorar en el trabajo?
Es normal que ante un desencuentro laboral puede que sientas ganas de llorar al discutir. Ciertamente, llorar en el trabajo puede hacernos sentir incómodos. Por ello es necesario que para evitar que estas circunstancias nos ocurran con frecuencia, lo mejor es aprender a comunicarnos con asertividad y trabajar en nuestra autoestima para bajar las probabilidades de que ocurra. Antes bien, podemos pedir un descanso, apartarnos, beber agua, hacer respiraciones profundas que nos ayuden a calmarnos.
Mitos sobre llorar en el trabajo
Como bien he explicado desde un inicio, nos podemos ver desbordados en estrés o rabia, por lo que puede ser imposible evitar llorar en el trabajo. Sin embargo, existen algunos mitos que me gustaría aclarar. El primero de ellos es “el llanto me hace lucir incompetente”. Debo aceptar que soy un ser humano y por ende; soy evidente cuando quiero soltar las lágrimas, así como controlar mis emociones en general.
De allí, nace el otro gran mito y es que si me permito llorar en el trabajo, entonces debo disculparme por mi comportamiento. Discúlpate por cometer un error, pero no por mostrar tus emociones. Demostrar nuestros sentimientos lejos de ser síntoma de flaqueza, es sinónimo de empatía y conexión con las personas.
¿Qué hacer después de llorar en el trabajo?
Si te han sobrepasado las ganas de llorar al discutir en tu puesto de trabajo, no tienes que sentir vergüenza alguna. Reconocer las emociones y gestionarlas es el camino indicado para superarlas. Para ello es indispensable dar la cara posteriormente de los hechos, en serenidad. Hablar lo sucedido no solo aliviará tu estrés, sino que permitirá que así los responsables puedan saber lo que ocurre para mejorar.
Por ende, llorar en el trabajo debe implicar una búsqueda de soluciones ante la disconformidad reinante. El llanto suele despertar empatía, por lo que hablar lo que sientes con otra persona te puede ayudar a mirar los hechos desde otra perspectiva.
Las veces que lloré en el trabajo o que vi a algún compañero hacerlo, me sirvieron para solventar molestias que se venían arrastrando, hacer que el clima laboral entre mi equipo mejorara y en definitiva, que entre todos pudiéramos crear una mejor experiencia laboral. Negar u ocultar las cosas solo las hará salir de control.
Los 4 beneficios de llorar en el trabajo
Reduce los niveles de ansiedad
La ansiedad es un grave problema de salud que posee la sociedad actual. Lo mejor que podemos hacer si sentimos que vamos a llorar en el trabajo es pedir un descanso de cinco o diez minutos en los que nos permitamos un poco de calma, tomar aire y pensar las cosas lo mejor posible.
Es imposible que logres un control férreo sobre tus emociones, así como evitar llorar cuando estás enojado (a), por lo que en la medida de lo posible intenta liberar tu emoción en algún cubículo, donde nadie te moleste. Recuerda no disculparte por lo que puedas estar sintiendo.
Permite construir relaciones laborales más empáticas
La vulnerabilidad puede ser la mayor de tus fortalezas. Aunque ningún experto te recomendaría llorar en el trabajo, es obvio que mostrar tus lágrimas en un momento determinado puede ayudarte a crear una vinculación emocional con tus compañeros de trabajo, lo que se reflejará en un mejor trabajo en equipo.
Mejora la salud
Llorar en el trabajo puede ser sinónimo de nuestra propia fortaleza, porque muchas personas son incapaces de abrir su corazón delante de nadie. Según la Dra. Judith Orloff, las lágrimas contienen anticuerpos contra microbios patógenos, además de lubricar los ojos, reducir el estrés y aliviar la salud de tu corazón.
Incrementa la productividad
Resulta que llorar en el trabajo puede ayudarte a liberar cualquier disconformidad emocional que sientas desde hace tiempo, por lo tanto, al dejarlo ir te estarás ayudando a impulsar tu productividad. Es bien sabido que muchas veces las relaciones con los demás mejoran cuando mostramos nuestras emociones.
Recomendaciones finales sobre llorar en el trabajo
Es necesario entender que cualquiera puede llorar en el trabajo, porque no estamos exentos de nuestras emociones. Si en caso contrario, y somos nosotros los testigos de un quiebre emocional, lo mejor que podemos hacer es respetar el momento de la persona, permitirle privacidad y si nos lo pide, prestar nuestros oídos para ser escuchas empáticos.
Si aguantar la respiración de manera natural es tan difícil como controlar mis emociones, debo preguntarme: ¿por qué me empeño en hacer lo segundo? Jung decía que lo que negamos nos persigue, por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es aprender a dejar fluir adecuadamente lo que sentimos.
En el IEIE sabemos que saber gestionar la emocionalidad es la clave para una vida plena. Por ello, ponemos a tu disposición nuestra Academia de Emociones, en donde de la mano de Ismael Cala, mi persona y nuestro equipo de profesionales, te enseñaremos a dejar de temerle a tu mundo interior.
