Confundir el concepto de amor y deseo es muy humano. En el fondo, nos gusta más decir que es amor cuando deseamos y deseo cuando amamos. Porque es común cuando sentimos pasión hacía una persona, en un instante de nuestra existencia, creer que el tiempo será inmutable y que esa realidad será única vivida y jamás soñada. Cuando un amor resuena en el corazón, con tanta fuerza que no puedes pensar en otra cosa que no sea encontrarte con esa persona que anhelas estar en todos los momentos, que no puedes vivir sin verla, sin sentir ese montón de mariposas que se activan en tu estómago cuando la ves aparecer en la lejanía, que solo con un pequeño roce de la piel se encienden todas las alarmas del cuerpo sensible a cualquier minúscula percepción de otro, que no hay segundo del día que la mente no se pierda pensando cuando será el momento del reencuentro, que ya no imaginas un mundo sin que esté, entonces decimos que estamos enamorados.
Sin embargo, la realidad de nuestro cerebro es otra. Este dispara unos neurotransmisores conocidos como; dopamina, lo que nos causa placer; también se libera serotonina, que nos pone de buen humor; y las endorfinas que nos motivan y nos ponen extremadamente eufóricos. ¿Y qué es lo que nos ocurre?
1. Esa sensación es la realidad, que bajo su percepción está inhibiendo tus circuitos cerebrales responsables del juicio social. Está bajo los efectos de tu propia neuroquímica, que te hace sentirte feliz flotando en una nube, cuando de hecho; su efecto es tal que inhibe los circuitos cerebrales responsables del juicio social, y por tanto distorsionando la realidad en la que vives en ese momento, o mejor dicho teniendo otra realidad sesgada a la de los demás.
2. Hay una cierta idealización de la persona, pues el cerebro en ese momento es incapaz de percibir lo negativo de la personalidad de la persona. Se trata de relativizar y verla de la mejor manera.
3. Te apetecerá estar con esa persona: nuestro hipotálamo comenzará entonces a producir cortisol, que es la hormona causante del estrés, pero también centrar la atención en estar cerca de esa personal tan especial. Esto hace que muchas personas con estrés busquen alternativas en los enamoramientos, o en los amantes.
4. Es bueno no tomar decisiones importantes de futuro en unos meses: porque nuestra corteza cerebral está bloqueada y nuestro sentido del juicio está sesgado ante la sensación de bienestar, la atracción y el deseo sexual.
¿Qué es lo que quiere decir todo esto? Que nuestra mente viene preparada químicamente para que haya pasión, cuando esa pasión aparece hay que ser consciente que estamos en una situación transitoria donde tal vez sea la persona de nuestra vida, pero tal vez no sea la persona adecuada, aunque en ese momento nos parezca que no podemos vivir sin ella. Cuando los niveles químicos comienzan a disminuir y a convertirse en otra cosa, se produce una ruptura, a veces, irreconciliable en la que no hay nada más que hacer, pero también puede ser el inicio de una relación sólida, en la que la empatía, comprensión sea el eje de un proyecto común. Cada momento cuenta. Es responsabilidad de ambos mantener el amor vivo, pero no un amor donde solo podamos ver un aspecto de la realidad, sino un amor basado en otros aspectos más amplios que la pasión, en la comunicación y el entendimiento mutuo y en algo más que muy pocos llegan a conseguir. Venimos preparados para reproducirnos, pera la relación que quieres puedes decidirla tú. Atrévete.