Dra. Estrella Flores-Carretero.
El escritor Ralph Waldo Emerson solía decir que “Lo que está por delante de nosotros y por detrás de nosotros son tan solo pequeñeces comparado con lo que hay dentro de nosotros” . De esta frase, quiero partir esta reflexión acerca de la autoestima y la inteligencia emocional.
Y es que las personas debemos entender que para encontrar nuestro bienestar es importante conocer la relación entre la autoestima y la inteligencia emocional, porque sin una no puede existir la otra. Sin la comprensión de lo que sentimos, es imposible crear puentes de empatía con los demás.
Puede que el tema de la autoestima y la inteligencia emocional parezca un poco divorciado, especialmente porque el hecho de que tengamos una baja valoración de nosotros no implica ser una persona con carencias en lo segundo, sin embargo; me gustaría explayarme un poco más al respecto.
Pero antes de entrar de lleno en la discusión sobre la autoestima y emociones y qué medidas tomar al respecto, me gustaría que repasemos algunos conceptos que nos ayudarán a comprender el tema, con el fin de que entendamos las medidas a tomar para hacer de nuestras vidas algo mejor.
La autoestima y la inteligencia emocional 2 elementos claves para tu éxito
¿Qué es la autoestima?
Esa voz que habla en tu cabeza, que a veces puede sonar dura contigo, es tu subconsciente, el cual juega un rol protagónico en el reconocimiento propio de la percepción que desarrolles de ti misma (o). Se va formando durante los primeros años de vida, de lo que escuchas de otros.
Porque sí: somos el reflejo de nuestro entorno. Ser conscientes de ello es primordial en hogares en los que existan niños pequeños, pues les ayudará a internalizar la enorme responsabilidad que tienen en la formación de la personalidad de los más pequeños.
Pero antes de hablar sobre la relación entre la autoestima y la inteligencia emocional, me gustaría que definiéramos un concepto de la primera, para que podamos tener una visión más clara de la segunda. Espero que estas nociones sean de gran ayuda para ti.
Hablar de la autoestima y la inteligencia emocional es hurgar en la preconcepción que hace un individuo de sí mismo, gracias a la construcción que hace a partir de los demás. Pues sí, el otro juega un papel fundamental en la autopercepción individual que todos tenemos de nosotros mismos.
De acuerdo con Covarrubias (2006), podemos definirla como la autorregulación que hacemos sobre lo que hacemos, así como también de los acontecimientos positivos y negativos que nos ocurren. Es decir, nos permite generar estabilidad emocional en cada uno de nosotros.
La autoestima y la inteligencia emocional van de la mano, pues ambas son un indicativo de buen desarrollo personal. Elevar la primera permitirá una autovaloración positiva en general del desenvolvimiento propio, la cual no se reducirá drásticamente por las malas experiencias.
No obstante y como ya señalé, ella se constituye de la relación con el entorno. De hecho, se va creando desde los primeros años de infancia, a partir de la relación que vaya generando el infante con sus padres y cuidadores, por lo que los primeros años de vida constituyen una base para la misma.
¿Cuál es la importancia de la autoestima?
La autoestima y la inteligencia emocional van de la mano, ya que la primera es el conjunto de percepciones, sentimientos y toda autovaloración que el individuo haga de sí, mientras que la segunda nos brinda herramientas para conectar desde la compasión y el entendimiento con nosotros, y los demás.
Sin embargo, especialmente cuando trabajamos la relación entre la autoestima y la inteligencia emocional, nos damos cuenta que esta imagen que desarrollamos de nosotros mismos puede dividirse en diferentes categorías, en las que podríamos tener una mejor o peor autopercepción. Se dividen en:
- Personal: son todas las creencias y pensamientos que tenemos sobre nosotros mismos, la manera en la que calificamos nuestro comportamiento y la relación que tenemos con nuestro cuerpo.
- Social: lo que pensamos que piensan los demás de nosotros. Esta parte es la que condiciona nuestra manera de resolver conflictos, la asertividad y la forma en la que nos relacionamos con la gente.
- Familiar: lo que pensamos de nuestro rol como pareja, padres, hijos.
- Intelectual o profesional: la autopercepción que tenemos de nuestras competencias laborales.
Por ejemplo, sabemos que la inteligencia emocional y autoestima en adolescentes pasan por una profunda crisis de transformación en dicha etapa de la vida, en la que los jóvenes pueden experimentar cierta inestabilidad emocional, la cual va acompañada de grandes cambios hormonales.
Las consecuencias de tener una autoestima baja
Os quiero compartir brevemente algunas de las malas experiencias de lo que significa tener una pobre imagen de sí mismo. Darle la debida relevancia en nuestras vidas a la autoestima y la inteligencia emocional, nos permitirá vivir de manera más plena, y nos evitará sufrir de:
Preocupación excesiva por el qué dirán
Somos seres sociales y por tanto, nadie quiere ser rechazado. La diferencia es que quienes tienen una baja autoaceptación, a menudo sufren un debilitamiento en la relación entre la autoestima y la inteligencia emocional hacia sí mismos, porque tienen una enorme necesidad de ser aceptados.
Por el contrario, quienes tienen tanto la autoestima y la inteligencia emocional a buen nivel, entienden que al final del día lo que más importa es sentirnos cómodos con quienes somos, que las opiniones de los demás son solo eso, y que tenemos derecho a ser felices, a vivir en bienestar.
Falta de autoconfianza
Otro punto en común en cuanto a la autoestima y emociones, es la poca autoconfianza que tienen las personas con baja autopercepción, pues dudan de todo lo que hacen, incluso de aquello en lo que se sabe de antemano que están perfectamente adiestrados para tomar las riendas.
Esto también está profundamente ligado a la excesiva preocupación por el qué dirán. En cambio, quienes tienen la autoestima y la inteligencia emocional en condiciones óptimas, entienden que es completamente normal equivocarse o no tener las respuestas de todo, que pueden y deben confiar en ellos.
Diálogo interior negativo
Otra de las características comunes de quienes viven con la autoestima y la inteligencia emocional en un constante dilema, diariamente tienen un pensamiento negativo hacia todo lo que hacen. Son personas que en su mente se juzgan muy duramente, porque creen que el mundo también lo hace.
Esta actitud es muy mal indicativo para la autoestima y la inteligencia emocional. Lo mejor siempre será que ante la desvalorización de nosotros como individuos, acudamos a profesionales de la salud mental, quienes nos ayudarán a trabajar más en nosotros, y en mejorar nuestra calidad de vida.
Desprecio hacia el desenvolvimiento propio
Para todo individuo es importante desarrollar la autoestima y la inteligencia emocional, pues ellas son la base para tener una buena relación con nosotros mismos, pero también para poder interrelacionarnos de manera positiva y enriquecedora con nuestro entorno.
Si queréis saber un poco más sobre la autoestima y la inteligencia emocional, os dejo estas cinco reglas para ser más fuertes en este sentido, un pequeño artículo que escribí hace un tiempo sobre la importancia de trabajar en nuestros propios prejuicios, porque no son reales y nos impiden avanzar.
Nunca creerse capaz de hacer algo positivo
Quienes tienen fracturada la autoestima y la inteligencia emocional solo saben aplicarla con los demás, mas no consigo, consideran que nunca hacen nada bien. Esto puede ser porque durante su infancia, probablemente fueron educados de manera muy severa.
Para vivir con la autoestima y la inteligencia emocional consolidada, es importante que aprendamos a deconstruir todos esos pensamientos con los que fuimos formados. Sin embargo, este es un proceso que puede tomar años, porque pueden ser la base que consolide nuestra personalidad. Vale la pena.
¿Cuáles son los 3 grados de la autoestima?
De lo anteriormente visto, podemos decir que la autoestima y la inteligencia emocional son graduales. Especialmente la primera, pues como ya pudiste observar, podemos tenerla más desarrollada en ciertos aspectos de nuestra vida que en otros. Por tanto, puede clasificarse en tres:
Autoestima baja
A menudo, quienes sufren una baja en la autoestima y la inteligencia emocional es porque han vivido situaciones, bien sea durante la conformación de la personalidad durante la infancia o por eventos traumáticos posteriores, que han debilitado enormemente su autoconfianza.
Quienes padecen de baja autoestima requieren de apoyo profesional para poder afrontar todos esos prejuicios y pensamientos que le alejan de lograr la vida que merecen. Si es necesario, muchas veces estas transformaciones se ven reforzadas con un cambio de ambiente.
Autoestima término medio
Quienes están en este estadio, es porque su autovaloración en algunos aspectos es elevada, y en otros aún es deficiente. Lo que sí está claro es que, en el caso de aquellos aspectos en los que esté bajo, no siempre implica una pobre relación entre la autoestima y la inteligencia emocional.
Como ya mencioné anteriormente, las personas podemos ser empáticas y mostrar entendimiento ante lo que puede estar pasando otra persona, y sin embargo; tener juicios de valor negativos hacia nosotros mismos. No obstante, una buena autoestima ayudará a fortalecer nuestra inteligencia emocional.
Autoestima alta
Se considera que una persona tiene una alta valoración de sí misma, cuando se siente con la autoconfianza suficiente como para asumir cualquier reto que le pongan por delante. De esta manera, la autoestima y la inteligencia emocional le permiten sortear los escenarios de la mejor manera posible.
Una persona que se sienta segura en cualquier aspecto de su vida personal, correrá menos riesgo de padecer constantemente por cada error que cometa, sabe que el camino de la vida se trata de aprender, y que por tanto; actúa sabiendo de lo que es capaz de lograr.
Relación entre la autoestima y la inteligencia emocional
Ya os comenté en un principio que nuestra personalidad se va moldeando de nuestras interacciones con el otro, por lo que a través de ello que también se ve afectado (para bien o para mal) el conocimiento que poseemos de nosotros mismos, y la reflexión que generemos sobre nuestras actitudes y estados.
Bien sea que hablemos de inteligencia emocional y autoestima en adolescentes, niños o adultos, es innegable que todo ser humano debe trabajar en el concepto que maneja de sí mismo, especialmente cuando su valoración es tan pobre, que le imposibilita conseguir objetivos porque se cree incapaz.
La autoestima y la inteligencia emocional son elementos indispensables para tener una buena salud mental, de lo contrario; nos estaremos condenando a vivir en eternas dificultades psicológicas producto del desarrollo de una baja autoestima, la cual puede estar influenciada por su entorno.
En caso contrario, es un hecho que cuando hemos desarrollado plenamente tanto la autoestima y la inteligencia emocional, estamos pavimentando nuestra vida hacia un futuro mejor, en el que nos aceptamos como somos, y nos brindamos la oportunidad de ser felices a plenitud: lo que todos merecemos.
Esto se debe a que la autoestima y el manejo de emociones nos permiten ver que somos capaces de lograr lo que queremos, y sin tener que menospreciarnos o pretender que no merecemos nada, pues constantemente nuestra baja autopercepción puede hacernos sentir invalidados.
Por tanto, cuando nos damos el valor que merecemos, cuando reconocemos nuestro potencial, cuando dejamos de tener miedo a equivocarnos, de reconocer nuestras fallas sin ser duros con nosotros, de trabajar en construir las metas que deseemos, a nivel material y personal.
Cuando estos temas se tratan desde la terapia o la acertada conducción psicológica, también ayuda a que las personas que padecen de negación emocional puedan enfrentarse a sus conflictos con las herramientas adecuadas para ello. Después de todo, fingir solo distrae del dolor.
Es importante destacar que todo esto se refuerza gracias al desarrollo de unas buenas habilidades sociales, es decir; estos tres elementos constituyen un pilar fundamental, pues es de la comunicación con los demás que se va a constituir la autoestima y la inteligencia emocional de las personas.
Por supuesto, aquellos que tengan una mayor capacidad de empatía serán más capaces de percibir las emociones ajenas por medio de sus interacciones comunicacionales, lo que les permite ser más aceptados y por ende, tener una mejor evaluación social positiva de quienes le rodean.
Por ello es tan importante que quienes tengan menores en casa o quienes compartan con ellos a menudo, permitan a los niños potenciar las habilidades emocionales y sociales, para que a medida que vayan creciendo, vayan conformándose como adultos funcionales, gracias al desarrollo óptimo.
De esta manera cuando crezcan, contarán con las herramientas necesarias para afrontar cualquier reto importante en sus vidas, pues han desarrollado la suficiente autoconfianza, así como las destrezas emocionales necesarias como para manejarse de manera solvente ante cualquier conflicto.
¿Cómo mejorar la autoestima desde la inteligencia emocional?
Culturalmente, se nos ha hecho creer que toda expresión en la que se vean implicados los sentimientos, la autoestima y la inteligencia emocional, son sinónimo de debilidad o “cosas de mujeres”. Los seres humanos sentimos y padecemos, todos tenemos derecho a expresar nuestra emotividad.
Por otro lado, para desarrollar la autoestima y el manejo de emociones de manera apropiada, es necesario aprender a darle otro sentido a lo que se siente, con el propósito de impulsar nuestro autoconocimiento y dirigirnos de manera eficaz hacia la meta que anhelamos alcanzar.
Porque lejos de lo que erróneamente nos enseñaron a muchos durante la infancia, la emoción no elimina o niega a la razón. Gracias a estas reacciones neuroquímicas de nuestro cerebro, podemos responder de manera acertada a todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Nos ayudan, nos protegen.
Pero es necesario aprender a conducirnos mediante la emoción, y en la medida de lo posible, hacer de ello un sostén para mejorar nuestra autovaloración personal, pues a medida que nos entendemos más interiormente, seremos capaces de valorarnos más como individuos.
Recomendaciones sobre la relación entre la autoestima y la inteligencia emocional
Nuestro deber como personas que buscan su bienestar es cuidar por la autoestima y la inteligencia emocional propia, pero también contribuir en la medida de lo posible a la de quienes nos rodean, pues como ya sabes, los seres humanos nos construimos de la imagen del otro.
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