Dra. Estrella Flores-Carretero.
¿Cómo actúan las personas que han desarrollado su inteligencia emocional en la familia? ¿Cuál es el manejo de relaciones interpersonales en su día a día? Estas preguntas pueden ser una gran incógnita para quienes, por el contrario; han vivido un escenario caótico en sus hogares.
La inteligencia emocional familiar es la clave para que los individuos logren desarrollar sanas relaciones personales e interpersonales a lo largo de su vida. La habilidad de la empatía, conectar con los demás desde el reconocimiento de la vulnerabilidad es lo que nos vuelve más humanos.
Podría decirse que cuando falla, la inteligencia emocional en la familia es tan notable y evidente, como la tos y los malos olores: tarde o temprano las máscaras se caen, pues para estos individuos las relaciones interpersonales positivas suelen ser insostenibles a largo plazo.
Aprender a brindar caricias emocionales durante los primeros años de vida de un niño dentro del ámbito familiar, evitará males mayores. ¿Quieres saber cómo comenzar a mejorar la comunicación en el seno de tu hogar? Prestad atención a las breves sugerencias que he recopilado en este artículo.
5 hábitos para fomentar la inteligencia emocional en la familia
¿Cuál es la importancia de la inteligencia emocional en la familia?
Los adultos tienen un enorme impacto en la vida de los niños que tengan bajo su cargo. De los adultos, los más pequeños adquieren hábitos, gustos, particularidades, incluso su voz inconsciente, y por correlación; el desarrollo de la inteligencia emocional para padres podría dejar una impronta positiva.
Aunque el tema de la inteligencia emocional familiar es el eje sobre el cual ha trabajado nuestra institución desde sus inicios, ha sido desde un tiempo relativamente reciente cuando ha despertado un especial interés sobre este tema a nivel social, así como el buen manejo de relaciones interpersonales.
Tanto a nivel académico como el laboral e individual, cada vez son más las personas interesadas en aprender sobre el papel de la inteligencia emocional en la familia, ya que esta impacta de manera directa en cada uno de nuestros roles, ya que nadie puede desdoblarse, ni apartar lo que siente.
Los saberes y la formación profesional son indispensables para nuestro crecimiento, pero solo por medio de la inteligencia emocional en la familia desarrollaremos las herramientas psíquicas para lograr nuestras metas, además de mejorar nuestros lazos afectivos con nuestros seres queridos.
Esto es posible ya que la inteligencia emocional en la familia le brinda a sus miembros la capacidad de expresarse de manera adecuada, pero también le da la posibilidad de saber lidiar con hechos imprevistos o situaciones de vida muy duras, con las malas decisiones, las diferencias con otros, y así.
Esto se debe a que la misma está compuesta por dos elementos indispensables: la inteligencia intrapersonal e interpersonal. La primera tiene que ver con la regulación propia, la capacidad individual de reflexionar acerca de las experiencias, mientras que la segunda permite comprender a los demás.
Porque en un hogar donde existen adecuados hábitos emocionales, los niños crecerán aprendiendo a reconocer lo que sienten ellos y por tanto; hacerlo en los demás, a llamar propiamente a las emociones y sentimientos por su nombre, y usarlas para darle sentido a sus experiencias individuales.
Es por este motivo que la importancia de la inteligencia emocional para padres está en que son ellos los más indicados para enseñarle a los chicos a manejarse a sí mismos en las circunstancias más abyectas o difíciles, pero también a crear vínculos más saludables con su entorno.
¿Por qué se dice que la familia es la primera escuela de emociones?
Todo adulto que conviva con un niño, se convierte en su principal referente. De ellos, aprenden absolutamente todo para bien o para mal, desde cómo trabajar las emociones hasta la manera en la que resuelven sus conflictos. Es por ello que se hace tanto hincapié en cuidar la actuación frente a los pequeños.
Y es que la inteligencia emocional familiar tiene tanto peso, que se hace indispensable para que los individuos que crecen en ella puedan generar relaciones interpersonales positivas, ya que desde la más tierna infancia les enseña a desarrollar sus afectos, y conocerse a sí mismos.
Además, la inteligencia emocional en la familia prepara a los más jóvenes para que puedan desarrollar un buen entramado social en sus vidas. Un niño capaz de interactuar de manera sana con otras personas, es como un individuo que maneja más de un idioma: siempre obtendrá más y mejor información.
De hecho, podemos ir más allá y decir que la inteligencia emocional en la familia afecta al bebé incluso antes de nacer, ya que las investigaciones sobre el estrés durante el embarazo son contundentes al respecto, ya que puede acelerar el nacimiento o generar problemas de salud en el feto.
Pero eso no es todo: cuando no están bien desarrollados los componentes de inteligencia emocional en un hogar donde existe un embarazo, la madre puede padecer de estrés y con ello, afectar el cerebro del bebé de forma severa, lo que ocasiona débiles conexiones sinápticas en el pequeño.
Esto se traduce en que el niño podría crecer con trastornos de la conducta, entre otros, porque todo lo que siente una mujer en estado lo experimentará automáticamente su bebé. Por ello, es necesario trabajar en desarrollar la inteligencia emocional en los hogares en los que es notable su ausencia.
Pero la cosa no termina allí, pues si al crecer el niño o adolescente no ha recibido la más apropiada educación emocional, es muy probable que sea un individuo al que le cueste socializar en la escuela, lo que puede mermar enormemente su autoestima y hacerle validar conductas violentas.
Cuando está bien gestionado, el círculo de las emociones puede ser un arma valiosa a favor de una vida al servicio social y altruismo, a la generación del bienestar propio y del entorno. Lo contrario, por lo general suele impulsar a los niños a repetir los mismos dañinos patrones en sus hogares futuros.
Por eso insisto tanto en que las personas adultas sean conscientes del peso que su conducta tiene sobre el cociente emocional de los más jóvenes, pues son sus acciones y más que sus palabras las que les guiarán realmente. Y contra un hecho, es realmente poco lo que se pueda refutar.
Todo esto también debe llevarnos a pensar más allá: el bien común. La inteligencia emocional en la familia puede ayudar a que los números rojos sobre cualquier tipo de violencia se reduzcan enormemente, lo cual es necesario en estos tiempos tan intempestuosos en los que vivimos.
¿Pero cómo lograr introducir a la inteligencia emocional en la familia? Si bien este es un tema que requiere cierta profundidad y que necesita de acompañamiento personalizado, me encantaría compartir con vosotros algunos hábitos sencillos que podéis comenzar a aplicar en vuestros hogares.
Los 5 hábitos para fomentar la inteligencia emocional en la familia
Si bien os dejé en un artículo previo las 12 técnicas para trabajar la inteligencia emocional en la familia cuando se tienen niños en el hogar, esta vez quiero contarles sobre ciertas rutinas diarias que debemos establecer para ayudar a todos los miembros, sin importar la edad, a autogestionarse.
Prioriza el diálogo del círculo de las emociones
Los niños pueden aprender a recibir y brindar caricias emocionales, si se les muestra desde sus primeros años de vida a hablar cómodamente sobre lo que sienten, a expresar libremente cuando sienten rabia, tristeza, frustración… Pero para ello es necesario que los adultos le enseñen a identificarlo.
Especialmente cuando son muy pequeños, aunque sepan hablar, les costará comprender cómo se sienten y por tanto, no sabrán expresarlo. Si existe una buena inteligencia emocional en la familia, sus padres podrán echarle una ayudadita para que todo fluya con naturalidad.
Cuando existe inteligencia emocional en la familia, se les enseñará que todo lo que sienten es completamente válido, que no hay nada de negativo en lo que están experimentando en ese momento, y que la negación de las emociones es absurda, por no hablar de lo altamente perjudicial que es para la salud.
Manejan una comunicación asertiva como parte de la educación emocional
Nunca me cansaré de repetiros que la comunicación asertiva es la base sobre la cual reposa la inteligencia emocional en la familia, puesto esta nos habla de la capacidad que tienen las personas para escuchar a los demás, sin señalamientos que valgan, y empatizar con lo que sienten.
Y es que la inteligencia emocional en la familia induce a sus miembros a expresarse con claridad y honestidad, entendiendo esto último como un acto con el que se busca ser lo más genuino sobre nuestros pensamientos, sin que por ello caigamos en el abuso y la ofensa. Eso no es ser sincero.
Por el contrario, los componentes de inteligencia emocional nos permiten conectar empáticamente con los demás. En este caso, si bien al final son los padres quienes deben tomar las decisiones, las opiniones de los niños deben ser escuchadas y validadas, aunque no estén de acuerdo con ellas.
Cada miembro sabe cómo trabajar las emociones propias dentro y fuera del ámbito familiar
El fin de desarrollar la inteligencia emocional en casa, es ayudar a los chicos a manejarse con sabiduría fuera de esta. Por ello evoca tanto el cuidado al trabajo interno del individuo e invita a la autoexploración individual, pues solo quienes se atreven a conocerse, sabrán ser capaces de establecer límites.
Esto se debe a que cada cual comprende el significado de emoción, que las mismas están para ayudarles a responder adecuadamente a los estímulos que reciben, y que lejos de ser sus enemigas, pueden convertirse en sus más grandes aliadas de vida, así que deben aceptarlas y trabajar con ellas.
Los resultados de ello podrán apreciarse en la inteligencia intrapersonal e interpersonal de cada niño y adolescente. La idea es que, mientras vayan creciendo, también vayan aprendiendo a resolver por sí mismos los problemas que se les presentarán en su vida personal.
La sobreprotección y su contraparte, la paternidad sin límites no tienen cabida en la mente de quienes practican la inteligencia emocional en la familia. La primera porque no permite que los niños sean capaces de independizarse, y la segunda porque no les brinda límites sanos en los que crecer.
Son coherentes y reconocen sus errores en sus relaciones personales e interpersonales
Lo mejor que puede ocurrir bajo los preceptos de la inteligencia emocional en la familia, es que los adultos admitan delante de los niños cuando se han equivocado en algo, y que también; aprendan a pedirles perdón cuando los lastiman, pues esto les mostrará que deben hacer lo mismo cuando les ocurra.
Hablar de inteligencia emocional en la familia es también saber que es perfectamente normal que papá y mamá se muestren vulnerables, porque son seres humanos. Desafortunadamente, aún prevalece en muchos hogares la noción de que un adulto no debe reconocer que se equivocó ante un niño.
La inteligencia emocional en la familia es un ejercicio de práctica constante. Esto quiere decir que, en la medida de lo posible, los padres o cuidadores deben ser lo más coherentes posibles con lo que dicen y lo que hacen, porque los niños se fijarán más de esto último que de lo que escucharon.
Esto les convertirá en un ejemplo para los más pequeños, quienes comprenderán el valor de aceptar sus fallos, y de buscar alternativas para remendar sus desaciertos, y trabajar en su pensamiento emocional. Eso dice más de una persona de lo que podríamos imaginar. Así que háganlo sin temor.
Su elevado cociente emocional les permite ser auténticos y genuinos
Es normal que cuando nace un niño, se generen expectativas alrededor de él o ella. Sin embargo, eso no quiere decir que sea su obligación cumplirlas. Eso sería un error garrafal. La inteligencia emocional en la familia ayuda a que los padres o cuidadores tomen en cuenta los gustos e intereses del menor.
Especialmente cuando existen otros hermanos o niños cercanos, muchos padres caen en el grave error de comparar a sus hijos, lo que puede generarles frustración y problemas de autoestima. Estas situaciones no tienen cabida alguna cuando existe inteligencia emocional en la familia.
Por todo lo anteriormente señalado, podemos resumir que la inteligencia emocional en la familia invita a las personas a generar un ambiente equilibrado en casa, en el que cada miembro se sienta cómodo de ser quien es, sin temor alguno a ser juzgado porque se sabe amado y aceptado.
Sé que seguramente al comenzar a implementar estos hábitos emocionales en casa, os daréis cuenta de que pueden ser difíciles de aplicar desde un inicio. Pero más allá de todo, lo importante es comenzar a realizar cambios paulatinamente, porque como dice el refrán: la práctica hace al monje.
Recomendaciones sobre la importancia de la inteligencia emocional en la familia
Cuando se trata sobre el manejo de emociones, los temas siempre se me quedan cortos, porque es uno de los aspectos que más fascinantes se me hacen de nuestra condición humana. Ojalá algún día podamos entender como sociedad la importancia que tiene nuestra salud mental.
Sin embargo, creo que todo buen padre o madre siempre buscará brindarle lo mejor a sus retoños, darles lo que ellos no tuvieron. Y la inteligencia emocional en la familia es muy probable que sea una de esas carencias arrastradas desde la infancia, que muchos desean que sus hijos sí obtengan.
Amar es cuidar del bienestar de los nuestros, y la comunicación asertiva es una de las maneras más eficaces de brindar bienestar a los niños y adultos que conviven en vuestro hogar. Así que si así lo deseas, puedes adquirir todas estas herramientas de acompañamiento para el pensamiento emocional.
Es por esto que todas estas claves las estaremos ampliando en nuestro curso de inteligencia emocional para padres, a cargo de Mabel Code, nuestra psicóloga en el área, y quien cuenta con más de 10 años de experiencia en el área, apoyando a las familias que requieran de su apoyo profesional.
Allí, aprenderán no solamente cuál es el significado de emoción, la diferencia entre esta y los sentimientos, sino la relevancia que tiene dentro de la crianza el saber validar lo que los niños sienten, y cómo ayudarles a reconocer lo que sienten, además de trabajar en vuestra comunicación familiar.
El manejo de emociones es una habilidad que nos puede facilitar muchísimo las cosas, ya que nos enseña a no ser reaccionarios, y apostar por la generación de acuerdos para tener una mejor convivencia. Lo mejor es que es un conocimiento que no expira, y que nos guiará de por vida.
Antes de culminar, me gustaría dejaros este enlace con un artículo donde os cuento un poco más sobre la importancia de la inteligencia emocional en los niños, el cual me gustaría que leyeran para complementar esta lectura. Estoy segura de que váis a aprovechar al máximo todo este contenido.
Os estaremos esperando encantados de la vida, así que si tenéis alguna duda o deseáis más información al respecto sobre este taller de emociones para padres, por favor dejad un mensaje en la ventanilla de chat, donde nuestro equipo de atención al cliente se encargará de solventar vuestras dudas.