Dra. Estrella Flores-Carretero.

¿Alguna vez te han juzgado antes de conocerte? De esta manera esa persona estaba expresando una idea o una imagen que está comúnmente aceptada por la sociedad, por eso existen los prejuicios o estereotipos sociales.

Muchas personas están acostumbrado a etiquetar a las personas y elementos de su alrededor automáticamente para que sea más fácil identificarlos. Aunque las etiquetas no tienen por qué ser negativas, algunas cuando se vuelven muy comunes y se convierten en prejuicios o estereotipos pueden llegar a generar discriminación.

Por eso es importante que tu aprendas sobre cómo superar las etiquetas sociales, la importancia de elegir las palabras adecuadas y ser una persona respetuosa a la hora de comunicarte con los demás.

Además, tras leer el artículo también podrás saber realmente cómo afectan los estereotipos sociales a la manera que tienes de relacionarte, y el impacto tan grande que tienen sobre la educación de los más pequeños.

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Etiquetas y estereotipos sociales 2 factores que afectan el desarrollo de una convivencia sana

¿Qué son los prejuicios y los estereotipos sociales?

Los estereotipos sociales cumplen la función de ordenar en categorías tu cerebro para que se simplifique la realidad, y tu vida sea así más fácil. Crear un estereotipo es tan fácil como asignar una serie de características o roles específicos a un grupo de personas por el mero hecho de pertenecer a él.

Un estereotipo será, por lo tanto, toda aquella imagen mental mayoritariamente aceptada que suele mantenerse estable en el tiempo.

De esta forma, las características sobre las que se forman estos estereotipos sociales, pueden ser verdaderas o no, pero siempre simplifican una realidad que es mucho más complicada. Por lo tanto, acaban siendo interpretaciones bastante incompletas y generales.

Seguro que habrás oído muchas veces desde pequeño la frase de: ‘todos los políticos son corruptos’ o ‘las mujeres suelen ser más emocionales que los hombres’, entre muchas otras que pueden servir de ejemplo.

Por lo tanto, el estereotipo sería la idea popular en sí y el prejuicio social se referirá más a la valoración negativa y reacción emocional marcada por la ira, el rechazo…que le agregas a esa creencia o estereotipo, de esta forma puedes identificar la principal diferencia entre estereotipo y prejuicio.

Por así decirlo los estereotipos sociales o etiquetas son algo inevitable y normal en toda sociedad, sin embargo, estos son los que incitan a empezar a prejuzgar y por desgracia finalmente se llega incluso a discriminar.

Además, los prejuicios suelen recaer sobre una persona concreta mientras que los estereotipos sociales son una creencia más general, que por lo tanto recae sobre un grupo de personas.

Prejuzgar no es más que actuar guiados por emociones normalmente negativas hacia otra persona de manera injusta, ya que nos basaremos en ideas preconcebidas de esta sin haberla conocido antes.

Por ejemplo, sin darte cuenta puedes tener asumido que las mujeres son más emocionales que los hombres, pero el prejuicio social aparece si utilizas esa creencia para decir ‘eres una histérica’, hacia una mujer por el solo hecho de serlo.

Los 7 tipos de estereotipos sociales en la actualidad

Estereotipos de género en la infancia

Hay muchas de estas creencias populares que seguro que podrás reconocer como “el rosa es para las niñas y el azul para los niños” o “a los niños se les da mejor el fútbol”. Curiosamente hay muchos ejemplos de estereotipos de género que se refieren específicamente a los niños.

De esta manera se les asignan futuros patrones que tendrán que seguir en cuanto a sus preferencias a la hora de vestir, de actuar, de pensar etc. Lo cual puede llegar a ser una gran presión y una limitante el resto de su vida.

El peligro de estos estereotipos es incluso mayor, ya que será mucho más fácil que los niños interioricen cualquier estímulo, y es fundamental dejarles claro que tener su propia personalidad no será incorrecto ni tendrá que ser motivo de discriminación.

Estereotipos de nacionalidad

 Los estereotipos sociales de nacionalidad son aquellos que aluden a las costumbres, los hábitos o la personalidad que se supone que suelen tener las personas de un determinado país solo por el hecho de haber nacido en él.

A causa de ellos pueden llegar a crearse grandes prejuicios que impliquen brechas importantes, perpetuando la desigualdad. Algunos ejemplos de estereotipos sociales de nacionalidad serían que “los alemanes son personas cuadriculadas y serias” o “que los españoles son muy juerguistas”.

Estereotipos de género

Los estereotipos de género son muy comunes, están a la orden del día y hay muchísimos ejemplos, al fin y al cabo, se convierten en limitaciones para los hombres y mujeres a la hora de llevar a cabo sus vidas.

Un estereotipo de género básicamente atribuye características o roles específicos a una persona por el hecho de que su género sea femenino o masculino. Un ejemplo sería “a las mujeres no les interesa el fútbol” o “los hombres no saben expresar sus emociones”, entre muchos otros.

Estereotipos laborales

“Todos los políticos son corruptos”, este es el estereotipo laboral por excelencia, aunque en general podemos encontrar otras creencias generales sobre profesiones.

Además, estarás familiarizado con estereotipos como por ejemplo que los abogados suelen ser deshonestos o que los científicos son personas normalmente con menos capacidades para socializar y más introvertidas.

Estereotipos de clase

Los estereotipos sociales de clase se refieren a las ideas presupuestas que se tienen sobre un grupo de personas, por el hecho de tener un nivel adquisitivo determinado o pertenecer a una determinada clase social.

Por ejemplo, cuando una persona es de una clase social alta puedes tender a asumir que tiene una ideología más conservadora, o hay veces que se suele generalizar sobre que las personas de las clases más bajas tienen más propensión a delinquir.

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Ejemplos de estereotipos sociales

Estereotipos asociados a la edad

También son muy comunes y pueden suponer una gran presión y limitación para tu día a día, ya que puedes sentir que dependiendo de la etapa vital en la que te encuentres debes cumplir determinadas expectativas asumidas por la mayoría social.

Esto es lo que ocurre cuando a los adolescentes se les suele ver como personas que no tienen mucha cultura o a los que no les interesa asumir responsabilidades. O cuando se presupone que las personas mayores no comprenden un cierto vocabulario y se les empieza hablar como si fueran niños pequeños, etc.

Estereotipos de raza o racistas

Son aquellos que indican cualidades o tendencias negativas sobre un grupo de personas que pertenecen a un grupo étnico concreto y diferente, independientemente del lugar donde hayan nacido.

Si alguna vez te has topado con frases como “los inmigrantes cometen más delitos”, este sería un claro ejemplo de un estereotipo racista. Dentro de esta lista son algunos de los que podemos encontrar más frecuentemente, por ello se creó el Día internacional de la eliminación de la discriminación racial.

Sin embargo, la lista de grupos sociales alrededor de los que podrían crearse estereotipos sociales es mucho más larga, aunque estos sean los más comunes, por ejemplo, según la religión, según la orientación sexual, la apariencia física etc.

¿De dónde nacen las etiquetas o estereotipos sociales?

Estos nacen debido a una necesidad de ahorrar energía mental y simplificar la manera en la que procesas la información dentro de tu cerebro; al colocar a las personas en distintas categorías, la realidad se vuelve más manejable.

Es un proceso espontáneo inevitable debido a factores biológicos y de nuestra educación, aunque todo dependerá siempre del entorno que te rodea.

El hecho es que estos estereotipos se transmiten de generación en generación, y son el resultado de construcciones sociales que asumimos como válidas debido a que las interiorizas desde la infancia.

Se podría decir que los estereotipos son el origen de los prejuicios, estos bloquean tu capacidad de pensamiento crítico y facilitan que tengamos actitudes normalmente ligadas a la discriminación o la intolerancia.

El origen de los estereotipos sociales por lo tanto no es otro que el de nuestra propia mente, sí que se basan en algo cierto, pero a través de los estereotipos no se describe, sino que más bien se simplifica.

¿Las etiquetas o estereotipos sociales son buenas o malas?

El principal problema de los estereotipos sociales viene cuando están tan asentados en una cultura, que refuerzan escenarios de exclusión y discriminación a colectivos minoritarios o a sus individuos.

Si esto es así, el estereotipo pasa ser un prejuicio social que generará conflictos que pueden producirse a muchos niveles; sin embargo, de base, las etiquetas o estereotipos no tienen por qué ser negativos, lo que es negativo es la valoración que le das y sobre todo la emoción negativa con la que los asocias.

Por ello debes evitar sin duda pensar que ese estereotipo siempre se cumple o lo hace la mayoría de las veces, es entonces cuando se tiende a comenzar a discriminar, que es la consecuencia negativa final para expresar tanto el estereotipo como el prejuicio.

La mejor manera de poder cambiar estas ideas preconcebidas tan interiorizadas será acercarte a uno de estos grupos estereotipados y hablar con sus integrantes para comprobar como efectivamente cada uno de ellos es diferente, y no tiene por qué ser del modo en el que necesariamente dicta el estereotipo.

Por otra parte, la discriminación que producen los estereotipos sociales viene dada por mensajes que a veces se inculcan erróneamente en la educación que recibes mientras creces.

Por ejemplo, la idea de tener miedo a lo que es diferente, o la idea de que “quién no está conmigo está contra mí”, entre otras. A partir de ahí el simple hecho de categorizar a una persona en un grupo distinto puede hacer que inconscientemente quieras comenzar a prejuzgar o incluso a enfrentarte con él.

¿Cómo afectan las etiquetas o estereotipos sociales cuando se tiene un patrón limitante?

Estos pensamientos limitantes son creencias o ideas que normalmente se tienen sobre lo que piensas de ti mismo, y que consideras sin que necesariamente lo sean, condicionando y dificultando así tu día a día.

Si utilizas etiquetas, especialmente si son negativas, solo reforzarás más esa creencia limitante en la persona que la tenga; de forma automática cada vez que escuchas a alguien calificarte o descalificarte de alguna forma, eso se cuela en tu mente y te condicionará a la hora de desarrollarte.

Pero a largo plazo estas etiquetas sociales incluso pueden ser más dañinas generando problemas emocionales y físicos más importantes, por eso es muy importante elegir las palabras adecuadas para expresarte acerca de otras personas.

¿Qué se puede hacer cuando un niño sufre de exclusión por etiquetas sociales en la escuela o su grupo de amigos?

El uso de las etiquetas sociales en los niños es un tema fundamental a tener en cuenta, ya que en estos años es cuando empiezan a crearse una autoimagen, por eso todo lo que les digas y de la forma en la que lo hagas será asumida por ellos de manera mucho más automática.

De hecho, a menudo adjudicamos motes o etiquetas a modo de chiste creyendo que se trata de algo simpático e inofensivo sin tener verdaderamente idea de las implicaciones de esto.

De esta forma, los niños empezarán a comportarse y limitarse en base a como se les etiquete; estos son mucho más sensibles a cualquier estímulo externo y por eso tenemos que ser más cuidadosos porque todo repercutirá directamente a su conducta y emociones.

Si un niño ya está pasando por un proceso de exclusión o discriminación social en el entorno escolar, lo mejor es reforzar la idea contraria a las etiquetas sociales que le han impuesto en este entorno, que serán negativas.

De hecho, el tipo de acoso escolar más común el último curso en España se ha estudiado que fue el insulto, los motes y burlas con casi un 90 %, según la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Anar, en el ”IV estudio acoso escolar La Opinión de los estudiantes”.

Es muy importante que fomentes en tus hijos, la idea de que ser de una determinada forma o que te tenga gustos particulares, no debería implicar ningún juicio negativo ni actitud discriminatoria hacia su persona.

También será importante que mantengas conversaciones regulares y naturales sobre el tema en la medida en que sea posible y comunicarle el problema a los docentes para que inculquen estos mismos valores a los demás niños de clase.

 Influencia de los estereotipos sociales en la adolescencia

Los adolescentes aún están construyendo su autoimagen, por lo tanto, es esencial que tú les muestres una buena imagen de ellos mismos y además intentes adoptar conductas que sirvan de ejemplo.

Es una edad en la que los complejos físicos y los estereotipos sociales ligados a la apariencia están muy presentes y suponen una gran presión, al igual que hay muchas otros, por eso el refuerzo positivo será una parte muy importante.

Está demostrado que las etiquetas y estereotipos sociales que solo te remarcan aquello que no puedes hacer o haces mal, por ejemplo “eres muy desordenado” o “que torpe”, lo único que hacen es limitarte y generar un sentimiento de impotencia.

Las etiquetas sociales o estereotipos sociales afectan más quizá en esta época en el ámbito externo que en cualquier otra, ya que es la época donde más presión se tiene por adaptarse y encajar con el entorno.

Para ello se busca ajustar o limitar a unas etiquetas determinadas, solo para pertenecer a un grupo, el inconveniente surge cuando no es tan fácil o cuando deseas tener tu propia personalidad y esto no es aceptado por los demás porque “se sales de la norma”.

Por tanto, un gran problema es cuando estas etiquetas en vez de crearse en casa se reciben desde el ámbito escolar y conllevan incluso situaciones de acoso escolar que pueden ser muy negativas para la autoestima y capacidades futuras del adolescente.

El hecho de que todos tengamos tan presente las redes sociales, pero sobre todo ellos, hace que emitir comentarios discriminatorios y prejuzgar sea más fácil y directo que nunca.

Un estudio publicado en el Journal of adolescents of health , señaló que gran parte de las normas sociales que adoptamos son en torno a nuestro género, es decir a lo que se espera de una persona según si es hombres o mujeres.

En el estudio se descubre que estas normas sociales se instalan en la adolescencia y tienen consecuencias negativas en la edad adulta. La investigación se realizó en adolescentes, y se concluyó con que estos estereotipos que después nos limitan el resto de nuestra vida se interiorizan antes de los 10 años.

El primer paso para que esta realidad comience a cambiar sería no etiquetarles en ningún tipo de ambiente, y estar atentos al uso de etiquetas dentro del ámbito escolar por parte de los docentes.

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Infografía sobre los estereotipos sociales

Recomendaciones sobre cómo influyen en el desarrollo personal los prejuicios y estereotipos sociales

En definitiva, si quieres evitar que las etiquetas y estereotipos sociales influyan negativamente en ti y tu entorno deberías tenerlos en cuenta simplemente como una ayuda organizativa, pero nunca como una verdadera guía antes de conocer a una persona o colectivo.

Por otra parte, si tu hijo tiene una edad de tres a ocho años y quieres ayudarle a la vez que se divierte a gestionar mejor las distintas etiquetas sociales y estereotipos con los que se podrá encontrar en un futuro, desde el IEIE podemos ayudarte.

¿De qué manera? Mediante nuestro Campamento de Emociones para niños, este curso online de inteligencia emocional diseñado por psicólogos especialistas puede ser una gran oportunidad.

En general será una gran oportunidad para que aprendan a gestionar emocionalmente y a actuar ante diferentes situaciones adversas que se les puedan plantear mientras se divierten, enseñándoles a identificar y comprender los estados emocionales con técnicas de aprendizaje didácticas y amenas.

La gestión emocional será un pilar fundamental a la hora de que el niño desarrolle lo mejor posible las habilidades sociales necesarias y también a la hora de auto conocerse mejor.