Dra. Estrella Flores-Carretero.

Sí, evidentemente los seres humanos somos seres racionales, pero es innegable que también profundamente emocionales, pues estas emociones son, mayormente, las que influyen en la toma de decisiones.

Por eso el primer paso para mejorar la inteligencia emocional es comprender que ningún sentimiento es negativo en sí, todos son muy útiles para avanzar en el autoconocimiento y evitar conductas compulsivas.

Así que también es esencial practicar la validación emocional durante el proceso, culparte por una sensación determinada no tiene sentido. Por eso la clave está en transitar por cada emoción desde la aceptación y amabilidad.

Como dijo el académico francés Marcel Proust: «El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en buscar nuevas tierras, sino mirar con nuevos ojos”. Y gracias a este artículo podrás comenzar a trabajar la inteligencia emocional mediante técnicas tan sencillas como efectivas.

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6 técnicas para mejorar la inteligencia emocional y tener una vida más feliz

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es un término empleado en el mundo de la psicología desde hace 30 años, que hace referencia a la gestión eficaz de las emociones propias y ajenas. Gracias al procesamiento de la información que pueden aportar, conforman una guía sencilla para los pensamientos y modos de actuar.

El concepto fue acuñado por los psicólogos Peter Salovey y John D. Mayer, y posteriormente adoptado por autores célebres como Daniel Goleman. Desarrollar la inteligencia emocional es un proceso que se focaliza en cuatro habilidades:

  • Percepción emocional: Capacidad para interpretar y responder a los sentimientos de los demás de manera efectiva, así como a los propios.
  • Asimilación emocional: Cuando experimentas una emoción, la asimilación implica reconocerla, aceptarla y procesarla. Esto puede involucrar la habilidad de identificar las causas de la emoción o comprender cómo esta afecta al comportamiento.
  • La regulación emocional: Se entiende como la gestión efectiva de las emociones para alcanzar objetivos. Implica aprender a manejar el estrés diario para desenvolverse adecuadamente y desde la empatía.

Por tanto, se deduce que existen dos tipos de inteligencias emocionales: la intrapersonal, que implica el autoconocimiento y el entendimiento avanzado del individuo sobre su propia persona; pero también está la inteligencia interpersonal que se da cuando existe una comunicación apropiada con el entorno, basada en la empatía y la comprensión, la cual permite medir las conductas en función del contexto emocional.

Este proceso está inmerso en la disciplina denominada como educación emocional, que tiene por objetivo formar en habilidades como la resolución de conflictos, la autoconfianza o la promoción de la resiliencia.

Además, los profesores Victor Dulewicz y Malcolm Higgs contrastaron en 2003 como los líderes con altas habilidades para mejorar la inteligencia emocional cuentan con equipos más productivos y con mejor desempeño; por lo que esta capacidad, objeto de estudio de la psicología emocional, trasciende al desarrollo personal para adquirir un valor fundamental en la trayectoria de cualquier profesional.

¿En realidad se puede mejorar la inteligencia emocional?

Es importante entender que la inteligencia emocional no es una habilidad estática ni hereditaria. Al igual que cualquier otra, puede ser desarrollada con el tiempo y la práctica; aunque es verdad que ciertas personas pueden tener una mayor predisposición debido a sus experiencias previas, entre otras cosas.

Así lo manifiesta la autora Katherine Schreiber en su artículo: ”Yes, Being Vulnerable Is Terrifying- but here’s why it’s so worth it”, cuanto más afectivas y estables fueran tus relaciones con padres, profesores o amigos desde la infancia, es más probable que hayas desarrollado la capacidad natural de abrirte hacia los demás sin prejuicios.

Además, las mujeres suelen tener más facilidad para mejorar la inteligencia emocional, ya que el hemisferio derecho del cerebro, encargado de procesar las emociones, presenta un mayor desarrollo.

Los pilares en los que debes concentrarte a la hora de aumentar la inteligencia emocional son los siguientes: la autoconciencia, las habilidades sociales, la regulación emocional y la empatía.

Es importante tener en cuenta que mejorar la inteligencia emocional no se trata de negar los sentimientos, o de descubrir cómo hacer para que nada te afecte emocionalmente. En cambio, la autoconciencia se trata de aprender a reconocerlos para responder de manera efectiva.

¿Cómo autoevaluar mis capacidades actuales de inteligencia emocional? Entre los medidores oficiales más prestigiosos se encuentran el CEE (Cuestionario de Educación Emocional) o el DHEIQ (Dulewicz y Higgs Emotional Intelligence Questionnaire).

Pero nosotros te dejamos algunas afirmaciones con las que, si te sientes identificado, significa que estás encaminado a mejorar la inteligencia emocional:

  • Cuando estoy enfadado intento cambiar mi estado de ánimo
  • Mantengo la calma durante situaciones de emergencia
  • Expreso físicamente mi afecto
  • Soy más reflexivo que impulsivo
  • Tengo mucha energía cuando me siento feliz
  • Intento sacar el lado positivo de cualquier situación
  • Me alegra la felicidad de los demás
  • Suelo establecer un diálogo interno
  • No tengo miedo de expresar la tristeza
  • Soy capaz de negarme fácilmente a lo que no me apetece hacer
  • Puedo expresar claramente cómo me siento

6 técnicas para mejorar la inteligencia emocional y aumentar la felicidad en tu vida

Es frecuente escuchar a personas que pregonan con gran orgullo sus malas actitudes: “así soy y no puedo cambiar”, “es mi signo del zodiaco”, “nací así”, cuando en realidad la mayoría de las conductas son aprendidas y puedes seguir evolucionando mediante el aprendizaje.

La buena noticia es que mejorar la inteligencia emocional para trabajar en aspectos poco positivos de tu personalidad es más que posible. De esta forma se logra obtener un mejor entendimiento no solo de ti mismo, sino del mundo que te rodea.

Te voy a compartir seis técnicas sencillas para que puedas iniciar este maravilloso recorrido de vida hacia la salud emocional:

Aprende a escuchar

La escucha activa es esencial para mejorar la inteligencia emocional, ya que es el medio para alcanzar una comunicación efectiva, basada en la integración respetuosa de diversas perspectivas y emociones.

Trata de prestar especial atención durante unos minutos, intentando detener la conversación mental contigo mismo. ¿Que está diciendo mi interlocutor exactamente, con qué tono y cómo utiliza su lenguaje corporal?

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Desarrollar la inteligencia emocional te hace la vida más feliz

Lleva un diario de emociones

Para mejorar la inteligencia emocional, escribir resulta una terapia además de gratuita, bastante liberadora, en la que puedes sincerarte totalmente. Antes de ir a dormir o cuando sientas que lo necesites es muy recomendable que escribas una libreta exclusivamente dedicada a tu drenaje emocional.

Al margen de tu forma de escribir o la caligrafía, lo más importante es que nombres cada emoción e intentes encontrar su origen. Pero déjate llevar en tus reflexiones hasta que te sientas desahogado, así podrás mejorar la inteligencia emociona.

Acepta la vulnerabilidad

La tristeza es una emoción natural que todo el mundo experimenta. Se tiende a relacionar el término “vulnerabilidad” con debilidad o incomodidad, pero lo cierto es que mostrarte tal y como eres hacia los demás te fortalece emocionalmente.

Para Brené Brown, socióloga e investigadora estadounidense, ser vulnerable significa “atreverse a tomar riesgos” para mejorar la inteligencia emocional y salir de la zona de confort, aceptando tus defectos y virtudes.

Evitar la vulnerabilidad significa alimentar el perfeccionismo y anestesiarse emocionalmente a través de abusos que aparentemente alivian el dolor, como el alcohol, la adicción al trabajo o los trastornos alimenticios.

Esta es solo una respuesta que parte del miedo irracional hacia todo lo que podría salir mal; la consecuencia directa es evitar muchas situaciones, lo cual conduce progresivamente al aislamiento, pregúntate: ¿Qué es lo peor que puede pasar en comparación con lo que puedo ganar?

La previsualización y planeación a la hora de imaginarte tu respuesta ante una situación angustiosa puede ayudarte a actuar con mayor tranquilidad. Aunque lo más seguro es que finalmente estas no se produzcan, por lo que mejorar la inteligencia emocional progresivamente es sencillo.

Programación neolingüística (PNL)

La Programación Neurolingüística (PNL) es un enfoque de la psicoterapia y de la educación emocional que se centra en cómo las personas construyen su experiencia subjetiva del mundo a través de la comunicación y el lenguaje.

Se originó en la década de 1970, cuando el lingüista John Grinder y el matemático Richard Bandler comenzaron a estudiar a terapeutas exitosos como Fritz Perls, Virginia Satir y Milton Erickson, con el fin de descubrir los patrones de comportamiento que los hacían tan efectivos en su trabajo.

La PNL se basa en la premisa de que el lenguaje y la comunicación son la base de la experiencia humana, y que, mediante el estudio de estos patrones, se pueden cambiar las percepciones humanas para mejorar tu calidad de vida.

La teoría de la PNL busca mejorar la inteligencia emocional y se sustenta en tres componentes principales:

  • La «programación» se refiere a la capacidad de programar tu propia mente para lograr objetivos específicos.
  • La «neurología» alude al hecho de que la mente y el cuerpo están interconectados, por tanto, las conductas y pensamientos se ven reflejados a nivel físico.
  • El «lenguaje» hace referencia a la forma en que las palabras o las estructuras sintácticas afectan a la percepción humana. Aumentar tu autoestima es esencial para mejorar la inteligencia emocional.

Para ponerla en práctica se desarrollan varias técnicas entre las que destaca la visualización. En esta estrategia debes imaginarte a ti mismo alcanzando una meta específica, ante todo realista, y estableciendo los pasos para lograrla. Para ello ayúdate de medios audiovisuales o gráficos.

Tambien destaca el anclaje, que es una herramienta del PNL es la que se asocia un estado emocional positivo con un estímulo especifico, como una palabra o un gesto, para poder acceder a dicho estado en cualquier momento.

Por último, el reframing tiene por objetivo identificar la perspectiva en la que se está percibiendo una situación actualmente, para buscar formas efectivas de modificarla hacia un enfoque más positivo o constructivo.

Para mejorar la inteligencia emocional con esta técnica empieza, por escribir en una libreta o graba con tu voz en formato podcast aquellas cualidades positivas que te gustaría fomentar diariamente, esa potencialidad que sabes que tienes, pero permanece oculta debido a una falta de autoestima. Lee y escucha tus frases de emociones positivas diariamente.

Practica la atención plena

El mindfulness, también conocido como atención plena, es una extendida práctica de meditación que sirve para mejorar la inteligencia emocional e implica prestar atención al momento presente de manera intencional y sin emitir juicios.

Cuando tengas un pensamiento, simplemente asúmelo y déjalo pasar, pero no te detengas sobre él. La práctica del mindfulness se originó en la meditación budista, pero hoy en día se ha convertido en una técnica secular, utilizada por muchas personas para mejorar su bienestar emocional y físico.

El mindfulness no es una práctica de perfección, sino más bien de aceptación. Los expertos en la misma advierten que se debe ser compasivo con uno mismo y no criticar los pensamientos o sentimientos que surjan durante la práctica.

Además, al principio, es mejor comenzar con sesiones cortas, de unos pocos minutos al día, para que el proceso no resulte abrumador. La práctica continuada y progresiva será una gran aliada a la hora de desarrollar la inteligencia emocional.

Durante la meditación de mindfulness, se suele enfocar la atención en la respiración o frase que se repite (conocido como mantra). Al concentrarse en el momento presente y en la respiración, es sencillo aprender a calmarse y disminuir la intensidad de las emociones negativas.

Si bien la meditación es una práctica común en la educación emocional, la atención plena también se puede practicar en actividades cotidianas, como caminar, comer o interactuar con los demás.

Por eso el mindfulness puede ayudar a las personas a escuchar de forma compasiva y atenta, lo que les permite mejorar la inteligencia emocional y, en consecuencia, disfrutar de una comunicación efectiva.

Asociar emociones a sensaciones físicas

Es probable que hayas escuchado el término bagaje emocional, que se utiliza para describir el fenómeno de arrastrar traumas pasados o experiencias negativas a lo largo de la vida.

Esto también se ve reflejado en la postura de las personas o en sus dolores físicos, que pueden impedirles avanzar a raíz de emociones no procesadas en su debido momento que se han acumulado en ciertas zonas del cuerpo.

Las emociones se generan como respuesta a estímulos, a través de mecanismos biológicos, liberando diferentes neurotransmisores en el cerebro que se transforman en sensaciones corporales.

Si aprendes a localizar las reacciones físicas de cada emoción para identificarlas será mucho más sencillo poner medios a la hora de realizar una regulación eficaz. Por eso es esencial aprender a escuchar a tu cuerpo si quieres mejorar la inteligencia emocional.

De hecho, un grupo de investigadores finlandeses logró crear un “mapa de los sentimientos humanos” a partir de un estudio empírico, donde clasificaron las emociones que se sitúan a lo largo del cuerpo en base a su procedencia en: emocional, cognitiva, homeostática o somática.

Además de estas valiosas estrategias, en el blog del IEIE siempre cuentas con mucha más información a tu disposición sobre cómo mejorar la inteligencia emocional.

¿Cómo desarrollar tu inteligencia emocional para relacionarte mejor con tu entorno?

El primer paso para interactuar satisfactoriamente con aquello que te rodea es conocerte y aprender a quererte como eres, sin olvidar que es necesario seguir progresando.

El proceso para mejorar la inteligencia emocional no tiene límites, por eso al margen de tu edad o etapa vital nunca es tarde para comenzarlo. El autocontrol nace a partir de saber reconocer tus propias reacciones a cada estímulo.

Por ejemplo, en situaciones de gran afluencia emocional, no es recomendable tomar decisiones o dejarte llevar por ellas, sino que es clave comprender el carácter circunstancial.

De hecho, una de las maneras más efectivas de manejar las emociones y mejorar la inteligencia emocional, es poner su contexto en perspectiva. Nada es tan importante ni negativo como parece. La gestión emocional comprende la vida como un camino hacia delante compuesto de etapas muy diversas, que tienen un carácter definitorio, pero no definitivo.

Ser optimista tiene que ver con saber perdonar, reconocer y aprender de los propios errores. La clave por tanto está en relativizar mientras que aceptas la llegada de todo tipo de emociones, pero sin dejar que te invadan hasta el punto de perder el autocontrol.

Una vez has iniciado la autocomprensión, tienes que saber leer las emociones ajenas para ponerte en el lugar del otro y en base a ello realizar una gestión emocional más eficaz.

La empatía es una gran herramienta que comienza a desarrollarse cuando te desprendes de tus creencias y puedes analizar cada argumento desde perspectivas distintas, con la mente abierta. Por ello mejorar la inteligencia emocional también es un valor que cobra gran relevancia en las organizaciones.

Pero más alla del ámbito profesional y personal, el círculo familiar es uno de los que sin duda se puede ver más beneficiado con un buen desarrollo de la inteligencia emocional, pero su aprendizaje en este contexto puede ser más complejo.

De hecho, el concepto de inteligencia familiar ha sido desarrollado por varios autores y resulta igualmente fundamental. Es un constructo multidimensional que incluye varios componentes, como la comunicación abierta, la cohesión y el apoyo emocional, la resolución de conflictos o la flexibilidad familiar.

La mejor manera de afrontar las emociones en la familia es evitar generar tabúes innecesarios hablando desde la sinceridad y el afecto sobre cualquier inquietud.

Además, a pesar de que haya miembros más pequeños también hay que explicarles cada situación con naturalidad y sin menospreciar su capacidad de comprensión. En este contexto se encuadra la crianza emocional.

Ha sido demostrado que los niños que logran mejorar la inteligencia emocional suelen tener un mayor rendimiento académico, y que esta habilidad es más determinante para el éxito vital que el nivel de coeficiente intelectual.

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Recomendaciones sobre cómo puedes mejorar la inteligencia emocional para tener una vida más feliz

Está claro que mejorar la inteligencia emocional es un reto tan constante como gratificante para llegar a una concordancia entre lo que sientes, piensas y transmites.

Así que, si aún no lo has hecho, te invito a que tomes tu mochila emocional y te encamines en un viaje interior. Estoy convencida de que una muy buena versión de ti surgirá en el camino.

Si no sabes por dónde empezar, queremos hacerte una última recomendación, el “curso de inteligencia emocional para padres y madres” de la plataforma Mundana proporciona técnicas muy concretas a través de psicólogos expertos en educación emocional.

El objetivo de la formación es mejorar la inteligencia emocional fortaleciendo las relaciones familiares y el desarrollo personal gracias al estudio de los distintos estilos de apego, el establecimiento de límites saludables o el tratamiento constructivo de los conflictos.