Porque quien no aprende la lección estará condenado a repetirla. Estas son las cuatro claves que todo empresario debe tomar en cuenta para el futuro organizacional después del coronavirus.
Dicen que en las tragedias hay dos tipos de personas: los que se sientan a llorar y los que buscan una solución.
Con esta pandemia mundial ha quedado más que a la vista, que cuando muchos solo cruzaron de brazos a esperar lo peor, otros no la pensaron tanto para ofrecer las herramientas que tuvieran a su alcance para brindar su servicio a la comunidad.
Tabla de contenidos
4 características clave de las empresas del futuro
Muchos se preguntan cuándo va a terminar esta pesadilla, pero lamentablemente nadie tiene aún certeza de nada. Lo único que sabemos es que estamos ante una nueva normalidad, porque de nada va a valer volver a actuar de la misma forma y cometer los mismos errores que nos arrastraron hasta aquí.
Como sociedad, debemos ser capaces de poder crear un mejor escenario de cada a la incertidumbre que nos depara el futuro.
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Consecuencias económicas de la pandemia
Según datos de la OIT, en su informe Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo, un 81 por ciento de los trabajadores a nivel mundial se vieron afectados por las medidas de paralización. Por otro lado, se estima también que para el segundo trimestre del año, al menos 195 millones de empleados a tiempo completo se verán afectados.
Sin dudas, son cifras extremamente preocupantes, que deben impulsarnos a buscar una respuesta pronta y precisa.
Cuatro claves empresariales para el futuro organizacional
Siempre hay que ver lo claro en lo obscuro, y este proceso ha venido a enseñarnos (o recordarnos) ciertas cosas. En ese sentido, todos los que somos líderes organizacionales debemos tomar en cuenta estas cuatro claves, las cuales nos ayudarán a manejarnos en cualquier escenario parecido a este en el futuro o en situaciones que, aunque no traten de una pandemia, pongan en riesgo la estabilidad de nuestra empresa:
Crear equipos comprometidos con el servicio a su comunidad
Debemos enfocar nuestro liderazgo de tal forma que brindemos fortaleza y aliento a nuestro equipo de trabajo, para que los miembros de nuestra organización confíen en que a pesar de la crisis, nuestro compromiso por buscar el bienestar de todos y de la comunidad a la que servimos es nuestro horizonte.
Para atender a nuestra comunidad, debemos procurar cuidar y brindarle las herramientas a nuestros empleados para que se sientan atendidos, seguros y preparados, con los recursos necesarios para hacer frente a la adversidad.
Mentalidad flexible ante la reestructuración empresarial
Independientemente de los tiempos que puedan estar corriendo, ser flexible es una característica que todo líder y toda empresa debe poseer por naturaleza.
En situaciones de cambio e inestabilidad social, es indispensable aprender a moldear nuestros objetivos para poder suplir las necesidades de nuestros clientes con nuevos productos y servicios, y para ello, debemos saber adaptar nuestra capacidad productiva, la estructura de la empresa y los puestos de trabajo.
Conciencia sobre la temporalidad de cualquier decisión o estrategia
Nada es eterno, es ley de vida. Por lo mismo, no podemos dar por sentado que un proyecto u objetivo va a perdurar un tiempo prolongado de tiempo en nuestras agendas organizacionales.
Las empresas siempre deben responder a sus circunstancias y temporalidad, para poder ser asertivos ante un momento de crisis, en caso de ocurrir.
No podemos actuar con miedo, pero saber leer el panorama le brindará mayor estabilidad a nuestra organización.
Ejercer la comunicación desde la inteligencia emocional
La inteligencia emocional se compone de diferentes principios en los que la comunicación se afianza en el entendimiento mutuo para poder llegar a acuerdos, para reducir los niveles de malentendidos que pueden generarse en una comunicación, mientras generamos empatía con el otro.
Entre otras cosas, cuando la ponemos en práctica, nos permitimos:
- Ser abiertos al expresar lo que sentimos.
- Escuchar activamente.
- Expresar nuestro agradecimiento.
- Ser empáticos ante el dolor ajeno.
- Compartir con libertad nuestros sentimientos.
Las empresas deben llevar a cabo políticas que protejan y estimulen la seguridad y la inteligencia emocional de sus empleados, y de sus clientes.
Las emociones bien manejadas son un plus positivo en las relaciones corporativas en todos sus niveles, porque toda empresa constituida y pensada por humanos y para humanos.
La respuesta al amor es más amor. Cuando somos conscientes de dar afecto en nuestras relaciones con todo aquel que forme parte de nuestra organización, lo veremos traducido en un impulso a la productividad laboral, y una mejora en el feedback de los clientes.
Conectemos siempre desde nuestro lado más humano, lo emocional, que tanto aprendizaje nos brinda en los momentos más difíciles.
La respuesta desde la empatía al otro ha hecho que, en medio de esta crisis pandémica, muchas personas muestren su lado más noble.
Dejemos que sea el amor el que nos dé las respuestas en todo esto.